Por Oscar Medina Gómez*

A pesar de que muchos miles de kilómetros y muchas horas, días y noches parecieran distanciarme, sigo con atención lo que pasa en Casanare, en Yopal, en sus municipios. La forma en que actúan con los recursos públicos sus gobernantes. La manera como los organismos de control vigilan que no se roben el dinero que nos pertenece a miles de hombres y mujeres honestos. El comportamiento ciudadano ante los resultados de quienes están en los cargos del Estado. La información que los medios de comunicación transmiten diariamente a la opinión pública. ¡No bajo la guardia!

Ha pasado un año desde que Alirio Barrera asumió como gobernador. Le quedan tres. No más tiempo para contemplaciones, evaluaciones y planeaciones de la casa. Le toca no solo empezar a mostrar resultados. Ante todo hacerse respetar y hacer respetar a los casanareños del asedio de los corruptos. Acomodarse el sombrero, ajustarse las botas y amarrase bien los pantalones. Los tiburones hambrientos nadan acechando la gobernación. Algunos ya están al interior de la administración. Hay que pescarlos. Usted decide: o pasa a la historia del escarnio, vergonzosamente como uno más de los tantos gobernantes promeseros y sucios que hemos visto desfilar en los últimos años –Wilchez, Hernández, Prieto, Pérez 1 y 2, Cala, Porras, Flórez, Mariño -o logra un sitial de honor ante su conciencia y las generaciones que lo van a escrutar.

En Unitrópico –universidad que continúa recibiendo anualmente jugosos millones de la Gobernación- se sigue dando un evidente despilfarro y corrupción. No sólo el rector ha incrementado en más del 40% la planta de personal. Todo indica que el politiquero Luis Eduardo Castro sigue manejando con descaro el presupuesto. El químico rector Oriol Jiménez Silva apenas si hace caso, firmando con sobrecostos toda suerte de contratos. Muchos son contratistas de relleno. Es decir, sujetos que prestan su nombre para el delito. Pero no tienen ni idea del objeto por el cual son contratados. Fiestas, publicidad, sonidos, tarimas, iluminaciones, videos, planes de medios, manuales, aires acondicionados, reparaciones, mil seiscientas USB, mantenimientos, asesores externos, muebles, transportes, agasajos, hospedajes…una orgía interminable de dinero a cargo del erario. La Granja El Remanso, a la luz de lo contratado, prácticamente quedó hecha un palacio en instalaciones y servicios para los estudiantes…

Entidades públicas como la Asamblea Departamental -nido de bandidos donde se guarecen aquellos que se perfuman y echan peroratas de democracia e igualdad por las emisoras para esquilmar lo público- hay que frenarlas. A esos sujetos, gobernador, usted tiene que ponerlos en su lugar. No ceder al chantaje de siempre: “le aprobamos sus proyectos si nos terceriza y firma contratos”. O, mejor, “nos da la platica en efectivo en maletines para que no queden huellas”. ¡Cacos, ladrones que toca noquearlos de frente!

Capresoca, Enerca, Hospital de Yopal, Indercas, IFC son entidades que no aguantan un peso más dizque para “salvarlas” de la quiebra. Asquerosa letrina de corrupción, Capresoca hay que liquidarla sin dolor. Con tropiezos, eso sí, sus afiliados pasarán a otra EPS. A los gerentes de Enerca e Indercas - Hayver Gutiérrez Montes y Santiago Marín Gómez – el tiempo de dar resultados de sostenibilidad financiera y servicio eficiente se les acabó. No sigan rindiendo informes virtuales en power point. El caso de Enerca es para cadena perpetua de todos sus gerentes y segundones: desde su creación hace 13 años se la han robado milimétricamente. Sin piedad. Ante los ojos de miles de casanareños. No se entiende cómo una empresa dedicada a la venta de luz eléctrica y gas natural –que todos necesitamos y tenemos que pagar- está en quiebra. Así que don Hayver, haga valer su MBA que le dieron en Oklahoma.

El Instituto Financiero de Casanare es un caso perdido. Allí los corruptos se robaron hasta el agua de las materas. Así que gobernador ¡acabe con esa vagabundería de empresa! El Hospital de Yopal pareciera tener aires renovadores y transparentes con el nuevo gerente Ronald Paul Roa Castañeda. Fue fangosa la huella que dejaron el comerciante Juan Durán, el karateca Brucee Becerra y el negro Edgar Dinas –quien se autopoclamaba “el mesías de la salud”.

A los presidentes y directivos de las compañías petroleras cómplices de la extorsión y el chantaje es urgente llamarlas al orden. Muchas conocen bien las prácticas de los que se hacen llamar “líderes comunales”. No pocos con claras relaciones delictivas y criminales con grupos terroristas como el ELN. Esos humildes “dirigentes” –que andan en lujosas camionetas 4x4 último modelo y beben wisky Blue Label 23 años- se parapetan en el siriri de la llamada inversión social para sus veredas. Es la excusa perfecta para que les den multimillonarios contratos. Alquiler de vehículos livianos y pesados, obras civiles, transporte de materiales, vigilancia y toda suerte de bienes y servicios van y viene. Produce bronca que las petroleras saben del juego. Pero miran de reojo. Son cómplices de los extorsionistas. Apenas les importa sus ganancias multimillonarias. Así les toque venderle el alma al diablo. Los gobiernos municipales y departamentales también lo saben. Pero ninguno actúa correctamente. Todos se revuelcan en el fango.

En la alcaldía de Yopal la cosa está más podrida. Bueno. Siempre lo ha estado. Solo que ahora hay un alcalde –que, aunque encanado en La Picota sigue siendo el titular- que se las da de capo y bufonea de su hamponería. Se jacta de que “mata y come del muerto”. Encarcelado por multiplicidad de delitos bien conocidos por la opinión pública del país, desde la prisión sigue peleando a dentelladas por enbolsillarse los recursos públicos de Yopal, destinados a mejorar la calidad de vida de la gente. Está enfrentado a una tal Luz Marina Cardozo, -alcaldesa encargada que luego de asumir el cargo lo “faltonió”, como dicen los choros en el bajo mundo delictivo. Traicionó a su patrón maleante. Y ahora ella -una inepta de pies a cabeza, pero hábil para meterse por los laberintos de la mordida y los torcidos de lo público- tampoco se quiere dejar sacar del puesto como alcaldesa.

Obvio: allí está asegurado su porvenir económico y el de sus cómplices secretarios y contratistas. Lo que debe hacer el gobernador es cerrar la llave del dinero que anualmente se le envía a la alcaldía. No más convenios solidarios ni interadministrativos, de ninguna índole, mientras no se clarifique la situación. O, mejor: usted, Alirio, puede invertir recursos directamente en beneficio de Yopal, sin necesidad de asociarse con los ladronzotes que están en la alcaldía. Para actuar con honestidad y en beneficio de sus semejantes no necesita pedirle permiso a nadie. Así los leguleyos le digan que la ley se lo impide ¡Pamplinas!

Y ojo gobernador: no se fie de las que pomposamente se hacen llamar “organismos de control”. Las contralorías, procuradurías, fiscalías, personerías, defensorías son manipuladas politiqueramente. Quienes al frente están son apenas piezas movibles, monigotes que proceden conforme a las órdenes de sus corruptos jefes.
Generalmente senadores y representantes a la cámara. Así que, Alirio, más bien cuídese de las “ias”. Debe escindirlas –con certeza y ojo de cirujano- y mantenerse a prudente distancia de ellas. Están plagadas de bandidos con el puñal escondido bajo la manga. Listos a clavárselo. No se descuide.

Casanare y los casanareños tenemos la resiliencia suficiente para enfrentar no solo la crisis socioeconómica que padecemos. También a los malos hijos que por décadas la han incubado. Digo yo.

*Periodista



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