Por Oscar Medina Gómez

Es evidente e indiscutible que las actuaciones públicas de Leíto, el alcalde de Yopal, evidencian que continúa en campaña política. “El reyezuelo” –alias que le cabe perfecto a su divinizada y encumbrada personalidad: distante, falsa y fastidiosa con el pueblo verdadero que él alega defender- no ha parado su actividad proselitista. Y eso que la campaña para la alcaldía terminó el 26 de noviembre de 2017.

Cada que “el reyezuelo” aparece en las redes sociales -por medio de vídeos que él mismo produce con su celular- o en cualquier emisora, su soberbia, petulancia e ínfulas de “todo poderoso y honesto” llenan la escena. Así ocurrió -cito apenas un par de casos- en el feo, atarbán y déspota espectáculo que el alcalde protagonizó en la cloaca de ladrones llamada Ceiba, con Clarena López Anaya, alias “la samaria”, la descabezada gerente.

Alegando que “yo soy el que manda” y secundado por una chusma de amenazantes seguidores del partido Alianza Verde, fue tan peligrosa la presión e intimidación contra “la samaria” -miles de ciudadanos lo vimos en los vídeos publicados- que la muy cuestionada gerente tuvo que salir custodiada por más de una docena de policías, quienes literalmente la “embutieron” en una patrulla policial. De lo contrario, todo hacía pensar que la iban a linchar los verdes.

Más allá de que “el reyezuelo” alcalde tuviera o no la razón en cuanto a la legalidad de “la samaria” como gerente de Ceiba y sus actuaciones, ese no es el proceder que la gente espera de un mandatario. Barnizarse de honestidad y divinidad e ir de esquina en esquina armándole camorra a quien se le atraviese. Excitar a su clan de verdes contra una funcionaria pública.

Es que el populismo moja prensa y produce votos. Sobre todo, en regiones como esta. Donde se vota con el estómago y no con la razón. Es obvio: el alcalde está haciéndole campaña a la Cámara de Representantes a su candidato de bolsillo, el verde Cesar Ortiz Zorro. Y a Jorge Prieto, su héroe y padrino político, candidato al senado. Esposos de Julieta Vargas. Su tía. Los dos del Partido Alianza Verde.

Vimos también al alcalde parado en una polvorienta calle de la ciudad, pidiéndole al gobernador Alirio Barrera que le dejara manipular los 33 mil millones de pesos de regalías petroleras, que en un OCAD municipal de finales del año pasado el DNP le transfirió a la Gobernación para la pavimentación de varias avenidas. En tono populista, el alcalde alegó razones como que esa plata le pertenece a la ciudad, el derecho a su autonomía para decidir sobre los recursos de los yopaleños y la oportunidad de generar trabajo. Hasta ahí, válido el discurso del “reyezuelo”. Suena heroico y altruista.

Sin embargo, aquí también hay un inocultable vaho de campaña política. El DNP devolvió los 33 mil millones para que el alcalde los manipule. Y de paso, de carambola, arrastró la simpatía de despistados e ignorantes ciudadanos, que asocian esta “intrépida gesta” con el accionar patriótico de los verdes.

Antes de ser devueltos esos multimillonarios recursos a las “transparentes” manos del “reyezuelo” sus defensores vociferaban -y él mismo lo insinuaba- que si el gobernador los ejecutaba entonces se desviarían cientos de millones para apoyar la campaña de su prima Amanda Rocío González, candidata a senadora por el Centro Democrático. Ahora, por asociación directa, miles de ciudadanos pueden decir entonces que, al ser Leonardo Puentes quien contrate esos 33 mil millones, el gran beneficiado electoralmente será Jorge Prieto Riveros, su eterno padrino político. Repito: candidato a senador por Alianza Verde y marido de Julieta Vargas, ¡la tía del alcalde!

Con la vara que mides, serás medido. Es cuestión de tasar con el mismo racero. O, como me dijo un curtido líder comunal, “Si tú contratas eres ladrón. Si yo contrato soy honesto”. Y, claro: también el populismo intrépido del alcalde, está dirigido a fortalecer la campaña a la Cámara de Representantes del verde Cesar Ortiz Zorro, su candidato de bolsillo.

Con el parque deportivo El Hobo el populismo de nuevo aflora en el alcalde. En uno de sus recurrentes vídeos, caminando agigantado por sus abandonadas instalaciones, sale diciendo que él sí sabe lo que cuesta poner a funcionar el parque. Que otros le han mentido a los yopaleños. Que en menos de un mes estará en operación. Que bla, bla, bla. ¡Pues que así sea alcalde! ¡Menos carreta y más acción!

Es tan peligrosamente populista Leonardo Puentes, que en campaña gritaba a los cuatro vientos que acabaría con el nido de ratas en que se ha convertido la empresa de servicios públicos CEIBA. ¡Falso!: lo que hizo fue echar a sombrerazos a alias “la samaria” y nombrar a Carlos Cifuentes, su gerente de bolsillo. Allí la contratación multimillonaria, con evidentes irregularidades y favorecimientos, continúa. Así lo ha denunciado Nelson Fernando Zuluaga, ex jurídico de la empresa. De ñapa, el alcalde ha expuesto a miles de ciudadanos a que paguemos la millonaria demanda que ya le metieron a la Alcaldía por su errado y altanero proceder con Clarena López.

Con este “reyezuelo” alcalde se respira en Yopal un aire de que “todos somos corruptos menos él”. Que todo lo que provenga de sus decisiones es lo correcto y salvador para la ciudad. Que él es una especie de iluminado mesías, que sacó tiempo y descendió de las alturas celestiales para guiarnos por el camino del bien. No vaya y sea que nos resulte un lobo disfrazado de oveja. O, mejor, de zorro verde.

Digo yo.

*Periodista

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