Por Oscar Medina Gómez*
Luis Eduardo Castro, Carlos Fredy Mejía, Arsenio Sandoval, Flaminio Álvarez, Lenin Bustos, Felipe Becerra, Juan José Sarmiento…con seguridad son más. Otros también harán pasarela para intentar alcalde de Yopal. Sueño válido si lo miramos meramente como un deseo, una aspiración humana.
Pero para que los sueños se hagan realidad no basta con pensar con el deseo y el corazón. Hay que hacerlo con la razón. Con la sensatez. Con razones estructuradas y argumentadas seriamente desde la perspectiva político-administrativa. De esto es de lo que adolecen la mayoría –o, mejor, todos- los anteriores nombres. Esas razones estructuradas deben estar muy por encima de los meros intereses particulares y grupales, para evitar que lo colectivo sea lo que menos importe. Para evitar seguir repitiendo los fiascos de alcaldes que hemos tenido en la última década.
Esta lista –hasta vergonzosa, por lo larga- denota claramente varias cosas: una, que el desempleo en la ciudad es alarman te. La mayoría de estos personajes son profesionales, con especializaciones y algunos con maestrías y PhD. Bien podrían ocupar cargos de nivel en otros escenarios. Y no estar pensando en ser alcaldes, metiéndose en los sinuosos y venenosos caminos de la política. Dos, que carecemos de verdaderos liderazgos que permitan encausar proyectos políticos y de gobierno, serios y de desarrollo a mediano plazo. A ninguno de esa lista le cabe en la cabeza la ciudad, sus problemas y las soluciones.
Tres, que el poder político y gubernativo es un negocio muy atractivo, dado lo lucrativo que resulta manipular recursos públicos. O si no pregúntenle a los exalcaldes de Yopal. Cuando fueron candidatos apenas tenían en que caerse muertos. Y hoy están muertos, pero de la risa, porque no saben en dónde echar las toneladas de dinero que amasaron. Cuatro: que las mafias, las familias, las roscas politiqueras siguen mandando en el poder local. Esos clanes están detrás de varios de estos personajes que nombro. Obran como ventrílocuos de muñecos de trapo, que sólo saben abrir y cerrar la boca para prometer el más allá y el más acá. Son vendedores de mentiras, camuflados en ropajes de paladines defensores de la justicia social.
Pero, en fin, eso es lo que hay. Todos con discursillos trasnochados y embusteros. Que la gente, no obstante conocer su fraudulento contenido, los sigue oyendo y aplaudiendo con tal de congraciarse con el candidato en busca de alguna dádiva. Limosna que amarra y esclaviza al pueblo a la clase política.
Luis Eduardo Castro saldrá no sólo con su sonsonete gerencial de siempre. Lo veremos diciendo que él es el único inteligente y preparado para ser alcalde. Lo hará, desde luego, en su ofensivo tonito mandón. Que en muchos casos raya en la chabacanería y grosería con quienes lo escuchan, generando repulsión y desinterés en la gente.
Batiendo las banderas del Partido Verde, Felipe “pipe” Becerra le seguirá mintiendo al pueblo. Bueno, eso lo hacen todos los candidatos, claro. Pero en particular los verdes se han vuelto expertos en la promesería y el engaño. Un caso: la mentira monumental liderada por él, donde quiere convencer a raimundo y todo el mundo de hacerle conejo al Estado con las deudas adquiridas. De no pagar los préstamos estudiantiles del ICETEX y del FESCA. Para pescar votos, en campaña el tal “pipe”, fiel a los de su partido, prometerá de todo. Como en botica.
Arsenio Sandoval no cambiará su oxidado tema de la falta de agua en Yopal por la aun inconclusa planta de tratamiento. Cosa que hoy no es cierta porque la ciudad –pese a la corrupción en los planes de emergencia luego del derrumbe que destruyó la planta de tratamiento hace 8 años-cuenta con el servicio las 24 horas del día.
Carlos Fredy Mejía está seriamente desgastado. Y eso que era uno de los que mejor pintaba para ser alcalde hace algunos años. Las alianzas de Mejía cuando fue diputado de la Asamblea Departamental, con el exgobernador Raúl Flórez, y la falta de seriedad al abandonar su candidatura en las elecciones pasadas, lo han dejado mal parado.
Por los lados de Lenin, Juan José y Flaminio es poquito lo que puedo decir. Ellos son un saludo a la bandera.
Sí. Por ahora esto es lo que hay. Falta un verdadero gallo de pelea. Que además de aguerrido y frentero para decirle las cosas en la cara a sus opositores, esté estructurado profesional, política y administrativamente. Que pueda enfrentar los desafíos de nuestra ciudad sin titubeos. Que tenga don de mando y los pantalones bien puestos para hacer cumplir la ley. Que genere respeto y autoridad en sus gobernados. Que garantice el desarrollo que todos esperamos. De pronto ese gallo pisa la gallera. Digo yo.
*Periodista
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