Por Oscar Medina Gómez*
Para no quedarse atrás en el desprestigio de los partidos políticos, los liberales de Casanare también están compitiendo con otros pares. Llámense Alianza Verde, Polo Democrático, Conservador, Centro Democrático, Cambio Radical y demás. Es una carrera para ver cuál se gana la medalla a la politiquería, a la componenda, a la dedocracia. Por eso es que cada día, exponencialmente, crece el rechazo de los colombianos a los verdes, rojos, azules, amarillos…y a todo el arco iris partidista.
Los “ancianos sabios” del liberalismo casanareño engañaron no sólo a la opinión pública sino a muchos aspirantes que se quedaron con los crespos hechos. Hace varios meses los dirigentes rojos anunciaron que las solicitudes de avales se recibirían hasta el 30 de mayo. Pero sin explicación alguna el pasado 21 de mayo se entregaron 12 de esas fianzas, a igual número de aspirantes a alcaldías. Por burlas descaradas como esta es que todos los días los partidos políticos pierden centenares de seguidores. Que se sienten pisoteados, engañados. Escupidos en la cara por una dirigencia trapisondera. Salpicada no pocas veces por escándalos de corrupción de lo público.
Al mirar las caras de varios de los recién avalados candidatos del liberalismo, no se experimenta menos que enfado, desgano y preocupación. En el ramillete de ungidos para “llevar prosperidad al pueblo” hay nombres que las únicas huellas que han dejado a su paso por los cargos públicos son promesas incumplidas, obras inconclusas, deudas de campaña y miles de personas defraudadas por esos bojotes embaucadores que se hacen llamar dirigentes. Desde luego esos “próceres” sí han mejorado su nivel de vida y robustecido sus bienes materiales. No su nivel y calidad de seres humanos.
Camilo Abril Tarache –sí, el mismo del sonsonete culebrero donde en una publicidad radial se le escuchaba lamentarse “¡cómo no me va a doler!”- es un modelo para armar de “Miéntale al pueblo y aumente su fortuna”. O “Hágase rico con la politiquería”. Perfumado y con su pelo siempre engominado –el disfraz perfecto para descrestar calentanos- en los cuatro años que estuvo en el Congreso de la República como Representante a la Cámara, nada le aportó al bienestar de los casanareños. Claro que él esgrime como un megalogro que Trinidad sea Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación. Pero si uno, al azar, le pregunta a un triniteño de qué le ha servido eso al municipio, la respuesta es un sonoro insulto contra el “honorable” Abril Tarache. ¿Dónde está la catedral Juan Ezequiel Moreno, el Museo Ramón Nonato Pérez o el Museo de la Cultura? Estas obras, dijo el “honorable”, llegarían con la nueva condición histórica de Trinidad. ¡Mintió!
El 17 de diciembre de 2004, cuando fue Secretario de Agricultura del gobernador Pérez Suárez, este veterinario –que nunca ejerció su profesión, porque ser politiquero es un millón de veces más rentable- firmó un contrato por 200 millones de pesos con CTELCA, Central de Transferencia de Embriones, para preñar vía in vitro 200 novillas criollas casanareñas en un plazo de 10 meses. Resultó que esa empresa era una fachada del narcotraficante Gustavo Tapias Ospina, alias “techo”, un socio de los paracos del Casanare y el Meta. Así fue registrado ampliamente por la prensa nacional. Este delincuente purgó una amplia condena en una cárcel de La Florida. Quince años después, los casanareños no conocemos la cosecha de esos bovinos. Las crías que produjo ese contrato con los narcos. Pregunto ¿Cómo es que don Camilo se dejó meter ese gol tan olímpico…?
Cómo se atreve a pedir de nuevo el voto un sujeto que, en 2017, como Representante a la Cámara, aprovechó el cargo para irresponsablemente pedir a la Superintendencia Nacional de Salud, que interviniera al Hospital Regional de la Orinoquia, HORO. Abril Tarache alegó irregularidades en contratación ¡que jamás probó! Su solicitud no tuvo eco. Menos mal. Como si no fuera suficiente la intervención actual de la EAAAY, o de Capresoca en su momento. Intervenciones que las dejaron peor financieramente de lo que estaban. Viendo la moneda por ambas caras ¿A quién o quiénes le estaba Abril Tarache cumpliendo un pedido? Sobre sus resultados para bien de la gente cuando fue alcalde de Paz de Ariporo no hablo yo. Que hablen los pazdeariporeños…
Alexander Contreras, alias “Chale”, es otro a quien el deshonrado liberalismo casanareño avaló como candidato a la alcaldía de Tauramena. De cuando fue alcalde de ese municipio -2012-2015- a “Chale” –derrotado aspirante a la Cámara de Representantes- aun lo atormentan delicados asuntos administrativos, causados por no muy claras actuaciones. Una es la construcción de un puente sobre el Río Sunce, ¡en Chámeza! A un costo de más de 8 mil millones de pesos, contrató la obra un día antes de terminar su alcaldía. Hoy el municipio está peleando legalmente la devolución de esos recursos. Aquí podría estar un claro peculado por destinación indebida de recursos públicos.
Otro entuerto del exalcalde “Chale” es la Zona Industrial, donde se invirtieron dineros del municipio superiores a los 10 mil millones de pesos para reubicar talleres de metalmecánica y similares que causan ruido extremo en barrios residenciales. Allí actualmente están abandonados más de 80 lotes, que él como alcalde adjudicó a beneficiarios que nunca tuvieron recursos para pagarlos. La Procuraduría y la Contraloría están al tanto de estos casos.
Igual que en todo el país y que todos los partidos políticos, en Casanare el liberalismo es una vergüenza. Un fortín de intereses creados. Un campo de batalla donde se libran viscerales peleas, muchas de tipo personal. Una guarida de mandamases que proceden no pensando en el bienestar del pueblo que dicen representar, sino en el suyo propio. Un desteñido y fétido trapo rojo sin fundamentos ni principios ideológicos como los que defendían Murillo Toro, Uribe Uribe, López Pumarejo, Gaitán, Galán, entre otros. Digo yo.
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