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CASANARE EN LA OLLA

CASANARE EN LA OLLA
Por Oscar Medina Gómez

El Coronel Hugo Velásquez está de Comandante encargado de la Policía Nacional en Casanare. Reemplazó al también coronel Jorge Hilario Estupiñan, un oficial que pasó por estas tierras como un fantasma. Nunca lo vimos. Su labor de brindar tranquilidad y seguridad a la vida, bienes y honra de la gente, no sirvió para nada.

Al contrario. Hoy tenemos una ciudad capital acorralada por el pillaje. Hecho que se presenta en todo el territorio departamental. Me atrevo a decir que eso ocurre ante la mirada no solo de soslayo sino complaciente de la policía. Los ladrones y el bandolerismo siguen haciendo de las suyas en Yopal. No solo en las calles de la zona urbana sino en tradicionales sitios de esparcimiento familiar retirados de la ciudad.

Sitios populares y tradicionales de esparcimiento como el bañadero La Aguatoca -en la vía al corregimiento de El Morro- son con frecuencia foco de la acción de los bandidos. A los paseantes les rompen los vidrios de sus autos y les roban cuanto pueden. Incluso, frente a decenas de personas los cacos amenazan e insultan a sus víctimas con armas cortas y de fuego.

Ni se diga lo que ocurre en la vía a El Samán del Río, que conduce a las veredas Palomas, La Calceta y otras. Por esos lados impera ahora la ley del hampa y la fechoría. Y, como siempre, nadie vio, ni oyó nada. Mucho menos la policía y el secretario de gobierno Domingo Conde.

Y que me dicen de los robos a vehículos que recientemente se han presentado en los parqueaderos de Unitrópico y Unisangil. Y, en general, en toda la ciudad. Es un descaro mayúsculo ver cómo estamos a merced de los maleantes, que roban, atracan, asaltan y matan a la gente sin compasión.

Las denuncias no llegan porque la comunidad no le cree a la policía y sus acostumbradas “exhaustivas investigaciones”. Desconfía de la autoridad que, en teoría, ella representa. Le perdió todo el respeto a los uniformados. No es sino ver por la televisión los continuos hechos donde la gente, en todo el país, se enfrenta a puñetazos con los policiales. Por cualquier cosa. Es más: en el sentir popular existe una arraigada creencia de que muchos efectivos de la policía cohabitan y delinquen en complicidad con los delincuentes. Esa es la cruda verdad.

En Yopal existen más de un centenar de cámaras de seguridad regadas por toda la ciudad. Pero o no funcionan, o los encargados de ese monitoreo no están haciendo la tarea. Porque difícilmente se da con la identificación y menos con el paradero de los malhechores.

Estamos tan graves hoy de seguridad en Yopal que el tema no es solo de rotura de vidrios de los automóviles para saquearlos. Claro que no. Es de raponeo de celulares, bolsos, alhajas, billeteras. De atraco a mano armada a la salida de centros comerciales. De ingreso a apartamentos en zonas residenciales. De violadores y abusadores sexuales. De drogadictos aterrorizando a la gente. De boleteo y extorsión. De crímenes permanentes, donde a sangre fría y sin ningún respeto por la vida humana, los criminales disparan sus armas de fuego y hunden sus puñales en la humanidad de inermes ciudadanos.

Coronel Velásquez: métale el hombro a la seguridad ciudadana en Casanare. Todos esperamos que no le quede grande este asunto. ¿o quiere repetir el papel de sus antecesores?

Repito: su primerísima obligación constitucional es proteger la honra, bienes y vida de los ciudadanos. Y esa sagrada premisa no se está cumpliendo. Digo yo.

Editorial Noticiero CASANARE AL DÍA 6 – 8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM


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