Por Oscar Medina Gómez

Lo mismo que ocurre en Antioquia, Meta, Chocó, Cundinamarca, Bogotá, Cesar, Santander, Magdalena, Valle del Cauca, Arauca, Bolívar, La Guajira y en general –lamentablemente- en todos los rincones del país, pasa en Casanare, región que ha sido y continúa siendo presa de la demencial e insaciable voracidad de los y las corruptas. Esto no lo podemos desconocer.

Pero luego de muchos años de ser vistos por el gobierno, la prensa y la opinión pública nacional como un departamento donde las multimillonarias regalías del petróleo han ido a parar a las cuentas bancarias de unas cuantas familias de gobernantes y contratistas –todos sabemos a cuáles me refiero- que sistemáticamente depredan el erario, la percepción nacional sobre Casanare ha cambiado sustancialmente.

En apenas 4 meses de mandato el gobernador Marco Tulio Ruiz Riaño ha logrado lo que sus antecesores jamás consiguieron: que sobre todo la gente de otras regiones nos hayan empezado a dejar de ver como una guarida de maleantes, donde los gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, fiscales, procuradores, contralores –también el género femenino entra en esta lista- se confabulan y armónicamente sincronizados roban a sus anchas y sin pena los recursos que le tocan al pueblo para su bienestar. Los carteles delictivos de la institucionalidad en plena acción.

Si le creemos a lo que dice el Centro Nacional de Consultoría, en la más reciente encuesta mensual que contrata el noticiero CMI que dirige Yamit Amad, el gobernador de Casanare se ubica en el puesto 14 entre 32 mandatarios, con un 65 por ciento de aceptación ciudadana.

Antes de esto -independientemente de quien ostentara el poder- nuestros gobernantes siempre ocupaban los últimos lugares de popularidad y desempeño. Durante los primeros meses del año 2013 Nelson Mariño apenas llegaba al 32 por ciento, siempre disputándose el último lugar ya con el gobernador del Chocó, Guainía, Vaupés, Caquetá, Guaviare o Magdalena.

Satanizado por la mayoría de sus opositores políticos, durante y después de la campaña proselitista que le dio el triunfo -rivales que lo han acusado siempre de pertenecer a la rosca de la contratación multimillonaria de la gobernación y las alcaldías- este boyacense nacido en Ventaquemada pero más casanareño que cualquiera no solo por el amor y entrega a esta tierra, sino por todo lo que ha hecho por ella, con su nadadito de perro calingo está demostrando que sí es posible hacer un buen gobierno. Que no son necesarios los doctorados, los PHs, los MG y todos esos encumbrados títulos que las universidades otorgan –muchos son comprados- para poder y saber hacer lo que toca hacer. Eso es pura y física carreta para descrestar calentanos. Jum…de doctores está llena la santa madre iglesia!

Es apenas cuestión de elemental sentido común, por ejemplo, decidir destinar los recursos y ejecutarlos a tiempo, cuando toca hacer un puente o pavimentar una vía o tender una red eléctrica o construir vivienda para los pobres o hacer escuelas y hospitales. Para hacerlo, repito, no se necesitan, en lo absoluto, los títulos. El ingrediente clave, eso sí, para actuar en bien de la gente se llama honestidad.

La mayoría se confunde. Detrás de ese desprevenido y generoso personaje alegre, buen amigo, que siempre tiene una sonrisa en sus labios y un buen apretón de manos, hay un gobernante serio y decidido en sus decisiones. Firme de verdad en su propósito de luchar contra los corruptos (as) que tanto daño nos han causado.

Comprometido con poner a funcionar proyectos gruesos de interés departamental como son el nuevo Hospital departamental de tercer nivel en Yopal, la pavimentación e interconexión vial de municipios como Orocué, Támara, Chámeza, la masificación del gas natural en amplias zonas rurales y la dotación de vivienda de interés social para aquellas gentes que ciertamente lo necesitan, por apenas mencionar algunos.

No se confundan entonces. Las apariencias engañan. No es Marco Tulio el tontín ingenuo, dócil, ignorante y manipulable que muchos creen. Así se comporte naturalmente como un buenazo. Que sí lo es. Además de gran ser humano, el gobernador que tenemos es un hombre con recia disciplina de trabajo y autoridad administrativa.

Aquellos y aquellas que se están frotando las manos pensando que van a seguir en su orgia desenfrenada del dinero fácil vía corrupción, van a tacar burro. Se los aseguro. Esos secretarios (as) y jefes de división que acostumbran a pedir el 10, el 15 o el 20 por ciento de plata por adelantada por la asignación de un contrato, es mejor es que ni lo intenten. Igual aquellos contratistas que sobornan gobernantes y funcionarios con generosas coimas.

Se pueden llevar una sorpresota y terminar no solo echados por ladrones, sino de patitas y con su cuerito en la cárcel. Les recuerdo: hay muchas trampitas para pillarlos. Aquí la denuncia oportuna de los ciudadanos (as) es vital para impedir que las ratas se sigan devorando el queso.

Otra prueba de que el gobernador está conduciendo el barco como el más avezado de los capitanes, es también el último informe INTEGRA dado a conocer por la revista Dinero, que ubica a Casanare entre los mejores 3 departamentos de Colombia en lo referente a la transparencia en el manejo de los recursos públicos. INTEGRA cuenta con el respaldo de serísimas entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, la Procuraduría General de la República y el Centro Nacional de Consultoría.

La gestión del gobernador nos debe llenar de optimismo y muchas ganas de seguir avanzando por el camino correcto. Redoblando esfuerzos y sin bajar la guardia por ser cada día mejores.

Marco Tulio: con sencillez pero con sabiduría y autoridad en sus decisiones, Usted está demostrando que sí quiere el desarrollo, el bienestar para los casanareños. No vaya a permitir entonces que los cantos de sirena de unas y otros –que los tiene cerca- derrumben lo construido hasta ahora. Digo yo.

Editorial Noticiero “CASANARE AL DÍA” 6 – 8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM