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De Frente - Jhon Jairo Torres

De Frente - Jhon Jairo Torres
Por Oscar Medina Gómez **

Aliado de paracos -responsables de miles de atrocidades y asesinatos no solo en Casanare sino en los llanos orientales, como Héctor Buitrago alias “Martin Llanos”, Daniel “el loco barrera”, Miguel Arroyave alias “Arcángel” y Pedro Oliveiro Guerrero alias “cuchillo”. Poseedor de una fortuna incalculable, producto del testaferrato acordado con esos criminales.

Sobornador de las autoridades. A punta de coimas y jugosas mordidas compra cuanto funcionario público y estorbo se le ponga por delante a tratar de impedir sus propósitos. Fiscales, contralores, procuradores, secretarios, jueces, diputados, concejales, ediles, periodistas, han sucumbido ante su “billete verde”. Un negociante de la pobreza, que se aprovecha de las necesidades de los más miserables –y otros no tanto- para sacarle la plata a la gente.

Su proyecto de vivienda “La Bendición” -una ciudadela popular que se está construyendo en la finca Los Manantiales, en el suroccidente de Yopal, en un lote de casi 120 hectáreas con serios problemas ante la Dirección Nacional de Estupefacientes y la Fiscalía General- es hoy día su invaluable y consentida “joya de la corona”. Lo curiosos es que el lote ni siquiera es de él. Figura a nombre de un tal Jairo Enrique Pérez Barreto.

Serán 10 mil viviendas de 90 metros cuadrados, de las que se estima ya están levantadas 3 mil. Así el terreno no esté dentro del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad y por tanto no posea licencia de construcción. Con todo y su ilegalidad, lo cierto y contundente es que La Bendición cuenta con calles bien trazadas, andenes peatonales, parques, zonas verdes, iglesia, centro de salud, electrificación, gas natural, alcantarillados de aguas lluvias y negras, guarderías infantiles, escuela, agua potable extraída de pozos profundos y tratada en una planta. Hasta un CAI de la policía está proyectado.

Con tal de tener su casa -así no posean títulos de propiedad- a la gente no le ha importado endeudarse por 35 millones de pesos a 12 o 15 años, pagando 300 mil mensuales. Es solo hablar con el “duro” y la cosa es de una. Sin trámites torcidos y engorrosos, como ha pasado en muchos gobiernos. Incluso, le aplauden que este multimillonario negocio le reporte ingresos brutos al mes de más de mil millones de pesos. Hagan cuentas y multipliquen por 15 años. Lejos, muchísimo más rentable que traficar con drogas ilícitas, armas, sexo o seres humanos.

No nos sorprendamos. La historia de muchas ciudades de Colombia está construida a partir de barrios y urbanizaciones piratas e ilegales. Con más razón a esta altura de los hechos, a cualquier gobierno le saldría más caro -tanto en lo económico como en lo social y político- arrasar un proyecto de vivienda de tal magnitud y tan bien montado.. De ahí que La Bendición será legalizada. Con él o sin él como alcalde de Yopal.

A lo narco, se place y pavonea al hablar de su fortuna de incontables miles de millones. Sus propiedades, autos lujosos y excentricidades dan fe de ello. Amable y sonriente siempre, también es arrogante, farolo, insolente, desafiante, soberbio, pedante y todos los calificativos que le quepan. Es amigo del “media show”. Le encanta estar en boca de todo el mundo. En las páginas de los periódicos y los noticieros radiales. En los tomaderos de tinto. Y en los temores y comentarios de los gobernantes. “Hay que sonar…estar vigente siempre” asegura.

Niega de tajo, eso sí, sus tratos o vínculos con grupos terroristas o al margen de la ley. De ahí que reta a que lo demanden y se lo demuestren con pruebas contundentes. Hasta ahora nadie lo ha hecho. Toda la plata que tiene, sostiene, es honrada y producto de su habilidad como comerciante y los buenos negocios.

Digan lo que digan este personaje es hoy el fenómeno político en Yopal. Y, por qué no, en Casanare. Es tan claro, que veteranos y tradicionales caciques de la región como José Rodolfo “el negro Pérez” y Nelson Ricardo Mariño ya hacen fila para integrarse a su rosca. No quieren quedarse del tren de la victoria. Al ver que otro con más plata, astucia y popularidad que ellos se les interpuso en el negocio, pues simplemente aplican aquello de “si no puedes con el enemigo, únete a él”

No obstante, sabedor de que en política se juega sucio y se tira a matar atacando a la yugular, este personaje es en extremo desconfiado. Por eso está recolectando miles de firmas para que la Registraduría Nacional y el Consejo Nacional Electoral avalen sus intenciones de ser candidato. Bien a la alcaldía de Yopal. O de la gobernación de Casanare. Sin tener que negociar un aval partidista. La cosa va muy bien, dice.

Todo apoyado en una estratégica y bien diseñada campaña publicitaria, donde su imagen y figura se conoce ya en todos los rincones de Yopal. Y en otros municipios. Su nombre y el de La Bendición van y vienen día y noche en carros, motocicletas, camiones, furgonetas, taxis, busetas, autobuses, bicicletas, paredones, afiches, volantes, pendones, vallas, calcomanías, afiches, tickets, cuñas radiales. Sin necesidad de contratar “gurúes” de la publicidad y el mercadeo. Simplemente aplicando el sentido común.

Todo lo que he escrito y mucho más se murmura de él. Que sea o no un bandido de muchas suelas no lo puedo asegurar. Eso lo deben determinar las autoridades. A la fecha es un ciudadano, que a su manera busca su lugar en el poder regional. Eso es constitucional y válido. Lo cierto es que, digan lo que digan, y salvo algo excepcional de tipo personal, penal, o político, Jhon Jairo Torres es el más claro aspirante a ser alcalde de Yopal. O gobernador de Casanare. Digo yo.

*Periodista – Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública Pontificia Universidad javeriana



La sección de OPINIÓN es un espacio generado por Editorialistas y no refleja o compromete el pensamiento ni la opinión de www.prensalibrecasanare.com


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