La comunidad del asentamiento humano Mi Nueva Esperanza en Yopal denunció una preocupante ola de robos que afecta tanto a las viviendas en construcción como a los hogares ya habitados. Según Javier Pérez, líder del sector, los delincuentes incluso han llegado a llevarse ladrillos, sacos de arena, electrodomésticos y hasta ropa de los niños.

“Eso me produce tristeza porque con vergüenza tengo que reconocer que son cosas que están pasando dentro del mismo barrio”, afirmó Pérez. El líder lamentó que mientras algunas familias salen a trabajar, al regresar se encuentran con que les han hurtado objetos de valor. “Aquí no hay ricos, somos gente pobre. Y aunque los hubiera, tampoco se justifica el robo”, añadió.

“Trabajo hay. A mí me piden ayudantes para construcción y uno pone el aviso en los grupos y no aparece nadie. Pero sí aparecen para robar hasta una olla o una licuadora de una familia humilde”, dijo Javier Pérez.

Según el presidente del asentamiento, aunque se ha alertado a las autoridades en varias ocasiones, la administración de justicia parece no estar del lado de las víctimas. “Cogen al ladrón, lo llevan, y en la tarde ya está otra vez en la casa. No pasa nada, y eso los empodera”, denunció.

Respecto al reciente intento de homicidio ocurrido el pasado sábado en el mismo barrio, donde una bala estuvo a punto de impactar a un menor de un año, Pérez expresó su preocupación por la fragilidad de las viviendas y la falta de pie de fuerza. “Tenemos apenas dos policías para toda la comuna seis, que cubre desde aquí hasta La Bendición. Así es muy difícil garantizar la seguridad”.

Finalmente, pidió acciones más contundentes por parte de la Fiscalía y el gobierno nacional. “Nos estamos llenando de miedo. Hay que hacer algo, antes de que tengamos que lamentar la muerte de un niño inocente”.