Un aguacero inusual, con una descarga total de 18 milímetros de lluvia en solo dos horas, sorprendió a Yopal en la tarde del 8 de agosto, provocando el colapso del sistema de aguas y afectaciones tanto en zona urbana como rural. Según el Capitán Arbey Ramírez, Director Territorial de la Oficina de Gestión del Riesgo de Yopal, este volumen de precipitación fue 4,5 veces superior al promedio diario para la temporada, que suele ser de 4 mm en 24 horas.
El capitán Ramírez explicó que este evento obedece a la actual transición climática entre la temporada de lluvias intensas de mayo a julio y un corto periodo seco en agosto. En este “veranito” suelen registrarse vientos y días soleados que disipan las nubes, pero este año la acumulación de formaciones nubosas y el impacto del cambio climático generaron lluvias de corta duración, pero con gran intensidad.
Sobre las emergencias informó que, en el perímetro urbano, el Cuerpo de Bomberos atendió varias emergencias por fallas en sistemas de drenaje y filtraciones de aguas lluvias en viviendas. Si bien no se reportaron daños graves, se evidenció que los sistemas pluviales colapsaron ante la cantidad de agua caída en tan poco tiempo.
En áreas rurales la situación fue más delicada. Hasta el momento, 19 familias resultaron afectadas, principalmente en los sectores de La Niata y Mata de Limón. Técnicos de la Oficina Territorial de Gestión del Riesgo realizan la evaluación de daños y análisis de necesidades, con apoyo de líderes comunitarios, ediles y corregidores.
Una familia integrada por dos adultos y tres menores perdió la totalidad de sus enseres y ya recibe asistencia humanitaria de la Gobernación de Casanare, que incluye kits de alojamiento para garantizar un mejor descanso. Además, se gestionan colchonetas, cobijas y elementos de cocina para las demás familias afectadas.
El capitán advirtió que, más allá de las pérdidas materiales, preocupa la destrucción de cultivos de pancoger como yuca y plátano, así como la muerte de aves de corral, lo que impacta directamente la economía de subsistencia de estas comunidades.
Aclaró que el río Cravo Sur fue monitoreado de forma constante, sin llegar a niveles que ameritaran alerta naranja. Hubo un aumento momentáneo en la quebrada La Tablona, pero rápidamente regresó a su nivel normal.
El capitán recordó que fenómenos como el registrado el 8 de agosto serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático y que la ciudadanía debe aprender a convivir con estas amenazas, adoptando medidas de autoprotección y evitando exponerse a riesgos innecesarios.
Recomendó que, en caso de aumento de caudales, lo mejor es orillar el vehículo y esperar a que bajen los niveles, ya que estas crecidas suelen disminuir en pocos minutos, permitiendo una circulación más segura.