Los habitantes del sector de Caño Seco, en la carrera 18 entre calles 15 y 30 de Yopal, hicieron un urgente llamado para que se tomen medidas definitivas ante los constantes problemas de inseguridad y salubridad que afectan la zona.
Según denuncias, el canal de aguas lluvias se ha convertido en un foco de actividades delictivas, refugio para consumidores de estupefacientes y espacio para el manejo indebido de residuos por parte de habitantes de calle y recicladores.
Miriam Moreno, presidenta del barrio La Esperanza, informó que recicladores y habitantes de calle frecuentan el canal para seleccionar material reutilizable y dejan los desechos acumulados en el lugar, generando malos olores y afectaciones ambientales. “La basura que arrojan al caño termina desbordándose, afectando la salud de los vecinos y el ornato del barrio”, expresó.
La problemática de inseguridad también es crítica. Según la líder comunitaria, personas que se refugian bajo los puentes del caño han sido responsables de robos en el sector, utilizando el lugar como guarida. Además, la comunidad recuerda que hace dos semanas, dos personas fueron asesinadas en la calle 21 con carrera 18, un hecho que refuerza la percepción de peligro en la zona.
Moreno señaló que los esfuerzos realizados para mitigar la situación, como la contratación de vigilancia privada y el trabajo conjunto con la Policía y la Secretaría de Gobierno, han permitido un control parcial de la inseguridad. Sin embargo, insistió en la necesidad de que el proyecto de cubrir el canal, incluido en el Plan de Desarrollo Municipal, sea una realidad. “Llevamos nueve años solicitando la tapada de Caño Seco. Este proyecto beneficiará no solo a los residentes de la ronda, sino también a toda la ciudad”, agregó.
Sin embargo, la comunidad advirtió que aún falta la asignación de recursos y la aprobación de licencias por parte de entidades como Corporinoquia.
Moreno también llamó la atención sobre la falta de cultura ciudadana de algunos vecinos que dejan basura en espacios públicos en horarios no permitidos, complicando aún más la situación. “Colocamos cámaras ocultas y no dudaremos en hacer cumplir las sanciones. La solución no es criticar, sino actuar para proteger nuestro medio ambiente y mejorar la convivencia”, concluyó.
La comunidad espera que las autoridades aceleren el proceso para el cierre del canal, una obra que consideran clave para devolver la tranquilidad y la salubridad al sector.