Una gran polémica generó el fin de semana en las redes sociales la publicación de fotografías en las que un funcionario de la Alcaldía de Aguazul vertía creolina sobre un cargamento de carne incautado hacia unos minutos, en plena vía pública e incluso en actitud “posuda” ante las cámaras.
Los ciudadanos cuestionaban que estando la carne en buen estado porque tenían que dañarla con químicos, habiendo tanta gente sin nada de comer y se preguntaban porque no donarla.
El procedimiento que generó rechazo, fue explicado por el secretario de Gobierno de Aguazul, Jhon Villareal, quién recordó que la ley no permite disponer de la carne incautada y resalto la labor del jefe de inspección del consumidor quien actuó conforme a la ley.
Señaló que el único sitio autorizado para el sacrificio de animales para el consumo humano es el matadero de Tauramena, por lo que se continuarán los operativos con las autoridades competentes para garantizar que el consumidor adquiera el producto en óptimas condiciones, a la vez señaló que las personas que adelante estas prácticas no solo se les decomisará el producto sino que podrán afrontar procesos legales por atentar contra la salud de los consumidores.
En el operativo adelantado por la Policía Nacional se incautaron 420 kilogramos de carne de res que habían sido sacrificadas en un matadero clandestino sin tener en cuenta ninguna norma fitosanitaria.
Luego del decomiso, la policía puso a disposición del jefe de inspección al consumidor, adscrita a la Secretaría de Gobierno de Aguazul, para que la carne decomisada fuera destruida como lo ordena el mencionado decreto para evitar su comercialización y que pueda generar problemas de salud pública al no contar con los protocolos de inocuidad para el consumo humano.
Otras voces cuestionaron a la administración municipal de Aguazul que no ha dado solución inmediata para que funcione la planta de sacrificio del municipio y la acusan de permitir tácitamente que en cualquier finca, sin las mínimas norma de salubridad e higiene sacrifiquen ganado.
Se preguntaron porque las autoridades aguazuleñas no realizan las mismas exigencias en todos los sitios de expendio de carne del municipio, donde a diario ofrecen el producto procedente de mataderos clandestinos. Solicitaron la exigencia del certificado de degüello de la planta de sacrificio.