Por: El Espectador
Desde 1973, cuando concluyó la Operación Anorí, en Antioquia, y el Eln quedó a las puertas de su extinción, la región donde se refugió y con el paso de los años renació, desde la perspectiva del frente Domingo Laín, fue Arauca. La estratégica ubicación como paso fronterizo y las millonarias regalías producto del petróleo, lejos de tiempos de bonanza, reciclaron la violencia. En los noventa fueron las Farc, comandadas por Grannobles, las que arreciaron las intimidaciones. Paralelamente, ambas guerrillas fueron colándose en el poder local, mientras se disputaban el control de la zona.
Hoy se examina si también estarían detrás del secuestro de la niña Nohora Valentina, hija del alcalde de Fortul, Jorge Muñoz.
La ruta del tráfico de estupefacientes hacia Venezuela ha sido la piedra angular de las luchas a sangre y fuego entre las Farc y el Eln desde hace casi dos décadas. Y la insistencia por incidir en las elecciones del próximo 30 de octubre comienza a hacerse notoria en el departamento fronterizo. Las amenazas van y vienen, las campañas políticas viven bajo constante asedio y, de nuevo, la zozobra protagoniza. Cinco días después del plagio de la pequeña Nohora Valentina, las autoridades parecen ya tener una radiografía precisa de lo que acontece: las movidas de las guerrillas, el reacomodamiento de fuerzas y la prioridad por desestabilizar el proceso electoral.
Fuentes de inteligencia consultadas por este diario señalaron que la guerra que durante los últimos cinco años libraron los frentes 10 y 45 de las Farc con el Domingo Laín del Eln dejaron un saldo de desolación y muerte en la región. Ya entonces la justicia había empezado sus pesquisas para desarticular a las mafias del paramilitarismo del bloque Vencedores de Arauca, que llegaron a la Gobernación. Sin duda, el botín económico que significa el control de las regalías del departamento ha sido un insumo constante para que los grupos ilegales intenten a toda costa meterle la mano al presupuesto, con el fin de redireccionar los recursos públicos.
Hoy, el coletazo por esta guerra y la necesidad de influir en las elecciones del próximo 30 de octubre tienen al departamento en un callejón sin salida. Con el agravante de que los organismos de inteligencia vienen documentando con preocupación que, al parecer, los máximos comandantes de las guerrillas de las Farc y el Eln, Alfonso Cano y Gabino, habrían pactado ponerle puntos suspensivos a su disputa, trabar alianzas políticas de cara a estas elecciones, incrementar la presencia guerrillera en Fortul, Arauquita y Saravena y repartirse el botín de la extorsión.
“Sabemos que Alfonso Cano y Gabino se reunieron y decidieron parar su guerra. Nos preocupa que su idea es controlar desde ambas guerrillas las finanzas municipales, las regalías petroleras, las rutas del narcotráfico y toda la violencia extendida. Hay una alarma enorme sobre Arauca”, le dijo a este diario un oficial militar que ha venido siguiendo la pista de la escalada de violencia en el departamento fronterizo. Actualmente, los comandantes de los frentes 10 y 45 de las Farc, al mando de alias Arcesio Niño y alias El Viejo, parecen haberse unido a los jefes insurgentes del Eln, alias Pablo, alias Nacho y alias Lenin.
Tal como lo resumió otro oficial consultado, ahora son cinco los comandantes guerrilleros que mandan en Arauca. Sumados, sus hombres pueden llegar a superar los 700. Se sabe que Alfonso Cano dio la orden de desplazar más guerrilleros a la zona y retomar el control militar y económico de una región que lleva varias décadas en la mira de los violentos. En la zona froteriza, las guerrillas han perfeccionado rutas para evadir la mano de las autoridades cuando cruzan al vecino país.
Mientras las autoridades buscan ponerle orden a este descontrol, que no es nuevo tampoco, ayer los habitantes del municipio de Fortul protagonizaron una movilización para exigir la liberación de la pequeña Nohora Valentina, de 10 años de edad. Unas mil personas recorrieron el pueblo protestando por el secuestro, como muestra de solidaridad con la familia del alcalde de Fortul. Así lo hizo saber la secretaria de Gobierno, María Elena Vallejo: “Unas mil personas entre jóvenes, niños y adultos, integrantes d escuelas, colegios y entidades oficiales, todos están vestidos con camisetas blancas”.
Entre tanto, el comandante del Gaula de la Policía, general Humberto Guatibonza, insiste en que hay buenas pistas sobre los captores y el destino de la niña, al tiempo que pidió prudencia sobre el contacto que tuvieron, al parecer, los secuestradores con la familia de la menor. Lo cierto es que, de cualquier manera, el plagio de Nohora Valentina hizo que las autoridades nacionales volvieran a poner sus ojos sobre Arauca, tal como pasó hace un año cuando, según la Fiscalía, un teniente del Ejército abusó a una niña y la asesinó junto con sus hermanos menores.
En cualquier caso, las formas de la guerra parecen estarse transformando en Arauca. Las Farc y el Eln, antes enemigos, hoy parecen compartir propósitos comunes. Sin embargo, lo más delicado en esta coyuntura electoral es la incidencia que querrían protagonizar estos grupos armados ilegales para colarse nuevamente en las administraciones locales. “A veces eso da más dinero que el narcotráfico”, concluyó un investigador consultado. Mientras las autoridades buscan evitar que esto ocurra, la pequeña Nohora Valentina sigue en cautiverio. Colombia pide su libertad.