La primera granja adaptada a las condiciones diferenciales de la población en condición de discapacidad entró en funcionamiento en el municipio de Arauquita, y garantizará la seguridad alimentaria y nutricional de 280 personas.
En un trabajo conjunto entre la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se diseñó e implementó esta iniciativa, referente de inclusión laboral y educativa en la región.
Según el último reporte del DANE (2020), Arauca tiene una población de 7.940 personas con condiciones diferenciales motoras y cognitivas, las cuales presentan dificultades para acceder a la educación, formación para el trabajo y oportunidades laborales.
Además, un porcentaje significativo de la población con discapacidades motoras está relacionada con el conflicto armado y las mutilaciones por artefactos explosivos.
Reportes del Instituto Nacional para Ciegos (INCI) indican que Arauca presenta pocas alternativas para la inclusión de las personas en situación de discapacidad, un grupo poblacional cuya mayoría es de escasos recursos económicos, lo cual les impide generar algún proyecto productivo que ayude a subsanar sus necesidades. Por ejemplo, señala que el 90 % de sus afiliados no tienen trabajo o alguna fuente de generación de ingresos.
Ana María Romero Hernández, coordinadora del proyecto “Sembrando Inclusión”, explica que la Granja cuenta con un galpón de gallinas ponedoras y huertas agroecológicas adaptadas a las condiciones diferenciales –cognitivas, físicas o sensoriales–, incluyendo, por ejemplo, senderos para las personas con movilidad reducida de la Asociación Capacidades Sin Límites de Arauquita.
También cuenta con una escuela de campo en la que se ofrecen sesiones de formación en sistemas productivos.
“Este espacio de aprendizaje para la población con capacidades diferenciales es un apoyo para los cuidadores, ya que produce alimentos inocuos e ingresos económicos”, explica la coordinadora Hernández.
Señala además que “la Granja posee hoy tres estanques para la producción de tilapia con tecnología biofloc, cada uno con capacidad para 10.000 peces, es decir que se producirían alrededor de 9 toneladas de pescado cada cuatro meses.
Lo anterior significa una gran oportunidad para garantizar la alimentación de las 280 personas que forman parte de la iniciativa, y además generar excedentes económicos mediante la comercialización.
Julio César Soto, ingeniero agrícola del proyecto, menciona que “la Granja significó un reto en términos de inclusión considerando los diferentes tipos de discapacidad de los beneficiarios, pero logramos consolidar un espacio ideal acorde con sus capacidades diferenciales y nos enorgullece ver que pueden producir sus alimentos y generar ingresos para sus familias”.
La Granja Sembrando Inclusión se está fortaleciendo en el marco del Co-Laboratorio de Innovación Social (Co-LabIS) de la Dirección Nacional de Extensión, Innovación y Propiedad Intelectual de la UNAL, de la mano de cada una de las unidades de Extensión de las sedes y en articulación con el Observatorio de Inclusión Educativa para Personas con Discapacidad, construyendo estrategias que permitan disminuir las brechas sociales y de acceso a la educación superior presentes en esta población.