Por Centro de Pensamiento Estudiantil Orinoquia del Centro de Estudios de la Orinoquia de la Universidad de Los Andes.
Desde el último año, Casanare ha sobresalido en materia de educación, así lo ha revelado el Índice Departamental de Competitividad (IDC) del Consejo Privado de Competitividad (CPC) y el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario (CEPEC).
Este índice, que mide diferentes aspectos incidentes en la competitividad de las regiones a nivel nacional, sitúa a Casanare en el puesto número 3 con un puntaje de 8,08 sobre 10 en Educación básica y media, justo después de Santander y Boyacá.
No obstante, según el Índice departamental de competitividad 2018, este departamento cuenta con las mayores coberturas en preescolar y educación primaria y se ubica en el segundo puesto en cobertura de educación secundaria (con un puntaje de 9,08), pero no todo es color de rosa en esta historia.
El pasado 28 y 29 de agosto 3.000 docentes de los principales municipios de Casanare se unieron al paro organizado por FECODE, provocando que más de 70.000 estudiantes se quedaran sin clases. Esta vez, los maestros reclamaban al Gobierno el cumplimiento de los acuerdos pactados en el 2017, entre los que se encontraba un mejoramiento en el sistema de salud, capacitación formal al gremio y financiamiento a la educación pública.
Estas condiciones laborales precarias dificultan el trabajo de los maestros para mantener las cifras con las que ha sobresalido la educación en el departamento, pero estas no son las únicas problemáticas que los aquejan.
Como primer ejemplo, se pueden ver las complicaciones con la implementación de los Programas de Alimentación Escolar PAE en el departamento, un panorama que se extendió hasta mediados de año. Sin explicación alguna, se declaró desierta la licitación para el PAE, por lo cual la implementación de este programa (que beneficia a niños e indígenas y que ayuda a la disminución de la deserción escolar) se rechazó.
Otro de los casos importantes por el cual los maestros han reclamado numerosas veces es el financiamiento en aspectos como la seguridad, y el transporte. En los últimos días, en Yopal-Casanare se realizó una reunión con los rectores orientada a solucionar el problema de la falta de vigilancia en los colegios.
Según la Secretaria de Educación, María Teresa Prieto, ha sido una cuestión de presupuesto lo que ha demorado la contratación de vigilantes.
Estas dificultades nos hacen pensar que el paro nacional de maestros cuenta con motivos y que incluso en Casanare donde existe una cobertura muy amplia de educación básica y secundaria, se presentan necesidades que deben ser satisfechas, y garantizar lo pactado en el Plan Nacional de Desarrollo, trayendo consigo mayor competitividad laboral, mejoramiento en el nivel de ingresos y mayor calidad de empleo.
Por esto, es necesario preguntarse ¿Cuándo se vislumbrarán acciones reales que beneficien al sector educación garanticen educación de calidad para las futuras generaciones?