Jairo Frey Varón Ramírez alias “Borbollón”, acribillado el pasado jueves 17 de julio en Huixquilucan, a 30 kilómetros de Ciudad de México, era una antiguo amigo, testaferro y cómplice de Héctor Germán Buitrago, alias Martín Llanos.
Su vínculo se remontaba a la infancia de ambos en Monterrey al sur de Casanare, el propio Llanos reconoció en declaraciones judiciales que estudiaron juntos, vínculo que años después se convirtió en una alianza criminal: alias Borbollón se convirtió en su testaferro y colaborador de confianza, encargado de administrar bienes y coordinar rutas de narcotráfico hacia España y México.
Varón Ramírez tenía acusaciones por narcotráfico, testaferrato, secuestro y homicidio, así como participación en masacres.
Uno de los procesos lo señalaba junto a su hermano, como autor de la masacre del 20 de febrero de 2000 en la finca El Tigre en la vereda Carola de Monterrey, donde fueron asesinados tres hacendados y dos trabajadores de la familia Feliciano, con el fin de despojarlos del predio.
Alias “Borbollón” se caracterizó por manejar siempre un perfil bajo, aunque sus riquezas hablaban por si solas: fincas de gran extensión, ganado de raza, un local en el centro comercial Santa Fe de Bogotá y una flota de vehículos de alta gama figuraban dentro de sus bienes.
Utilizando las ganancias de negocios ilícitos acumuló fincas, ganado y vehículos de lujo que ahora están en la mira de las autoridades que investigan su imperio de recursos ilícitos.
Según la unidad investigativa del diario El Tiempo, buena parte de esos bienes estaban ubicados en zonas de fuerte influencia de las Autodefensas Campesinas del Casanare.
De acuerdo con expedientes de la Fiscalía, Varón Ramírez figuraba como propietario de al menos diez predios en Casanare y Meta, entre ellos la finca El Paraíso en San Martín (Meta), dos fincas y seis lotes en ese mismo municipio y un local en el ya mencionado centro comercial. Muchas de estas adquisiciones se hicieron –según los investigadores– a precios por debajo del avalúo comercial, una práctica típica de lavado de activos.
Informes del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) registran que “Borbollón” tenía hatos de ganado vacunado en predios de Maní (Casanare), identificados con hierros como “Fray”, “81MW”, “Sofi” y “Miei”, según datos tomados por el medio citado.
Además de la compraventa de semovientes con familiares, estas operaciones son consideradas por la Fiscalía como parte de un esquema de blanqueo de capitales.
La capacidad de Varón Ramírez para amasar fortuna quedó registrada en procesos de extinción de dominio, donde los investigadores señalaron que, cuando compró terrenos de alto valor en zonas controladas por las ACC, no tenía créditos bancarios, ni bienes heredados, ni recursos declarados que justificaran esas operaciones en efectivo.
Los documentos del caso señalan que estas compras se hicieron en un contexto de influencia paramilitar bajo el mando de “Martín Llanos’.
El que a hierro mata…
Un testimonio de exintegrantes del grupo de Martín Llanos, contenido en expedientes judiciales, menciona que Borbollón ordenó el asesinato de alias Culebrero, coordinador de envíos de cocaína a España y México, luego de una disputa por un cargamento.
En México, “Borbollón” mantuvo un perfil de empresario exitoso. Allí adquirió varios vehículos de lujo, entre ellos un Audi, en el que fue capturado una vez con dinero en efectivo y un pasaporte falso a nombre de Manuel Ramírez Salinas.
El último vehículo de su propiedad fue una camioneta BMW X3 negra, la misma en la que fue atacado a tiros el jueves 17 de julio. Aunque alcanzó a conducir hasta la sede de la Cruz Roja, murió horas después en el hospital Ángeles Interlomas a causa de un disparo en el cuello.
Las autoridades mexicanas investigan si su asesinato fue un ajuste de cuentas del crimen organizado o el resultado de disputas internas con carteles locales.
En Colombia, la Fiscalía mantiene abiertas investigaciones sobre su patrimonio y sus redes criminales, que muestran cómo un hombre que pasó de la clandestinidad a la opulencia terminó con una muerte violenta en territorio extranjero, cerrando así la historia de uno de los llamados “narcos invisibles” de los Llanos Orientales.