Veinte ejemplares de Crocodylus intermedius fueron reintroducidos a su medio natural este 2 de febrero en el Parque Nacional Natural el Tuparro, escenario que en mayo de 2015 también recibió 21 individuos de esa misma especie que se encuentra en estado de amenaza crítico.
Esta vez el grupo de caimanes es de doce hembras y ocho machos, de entre 84 y 110 cm de longitud. Al igual que ocurrió con el primer grupo liberado, los reptiles portarán radiotransmisores para comprobar sus movimientos y monitorear su adaptación al medio natural.
El área seleccionada para llevar a cabo esta liberación fue bautizada como “Laguna Caimán”. Ubicada en la margen derecha del río Tomo, en el departamento del Vichada, el lugar cuenta con las características socioambientales y logísticas necesarias para la supervivencia de la especie.
Allí, previamente se hizo un inventario biológico en el que se pudo constatar la presencia de grandes depredadores y otras especies de fauna que dan fe de la buena salud de la zona. Entre otros se destacan jaguares, pumas, nutria de río, dantas y paujiles. Además, el lugar cuenta con una generosa oferta de peces, principal alimento del Caimán Llanero.
Otra ventaja que ofrece “Laguna Caimán” es que en la orilla opuesta del río Tomo está Marandúa, base de la Fuerza Aérea, cuya presencia, además de garantizar la seguridad en la zona, colaborará de manera fundamental facilitando el acceso al área a los investigadores para monitorear a los caimanes reintroducidos.
Esta actividad hace parte del proyecto Vida Silvestre (PVS) que desde el 2014 trabaja por la conservación de diez especies de fauna y flora en los Llanos Orientales y el Magdalena Medio y que es liderada por WCS Colombia y financiada por Ecopetrol, con el apoyo de la Fundación Mario Santo Domingo. El PVS trabaja con diez organizaciones, una para cada especie.
En el caso del Caimán Llanero, la Fundación Palmarito, una de las diez organizaciones integradas al PVS, viene trabajando por la conservación de esta especie desde 2011 en alianza con la Gobernación de Casanare, Corporinoquia, Parques Naturales Nacionales y el Grupo GHL.
La iniciativa está enmarcada en el Programa Nacional para la Conservación del Caimán Llanero, elaborado en 1998 por el Ministerio de Ambiente y otras organizaciones. La intensa cacería comercial a la fue sometido el Caimán Llanero durante el segundo tercio del siglo pasado para comerciar su piel, lo llevó al estado crítico en el que hoy se encuentran sus poblaciones.
Se trata de un auténtico cocodrilo, uno de los más grandes del mundo. Habita exclusivamente en las tierras bajas de la cuenca del Orinoco, y se reproduce una vez al año. Su conservación representa la protección de otras especies, mayor salud para caños y ríos, mayor oportunidad para atraer ecoturismo y todo un refuerzo para rescatar un ícono de la vida silvestre que forma parte la hermosa cultura orinocense.