Por Óscar Alfonso Pabón Monroy*

Las ingratas noticias sobre la muerte, por desnutrición, de niños indígenas de sectores de la Guajira, han mantenido focalizada la atención nacional en dicho departamento.

Pero, tan alarmante situación social amerita que por igual se generen miradas y análisis intra regionales, para establecer el estado actual de nutrición de la población infantil aborigen, en los departamentos de la Orinoquia.

Casos particulares pueden ser los siguientes:

Arauca: la etnia Hitnú que afronta alto riesgo cultural de desaparición, cuya mayoría de integrantes vive en la capital del departamento en condiciones paupérrimas. A mitad del pasado año pude verlos en el malecón del río oliendo bóxer.

Casanare: en distante sitio del municipio de Paz de Ariporo está localizado el resguardo Caño Mochuelo, al parecer indígenas de varias etnias viven en estado de hacinamiento y sin mayores posibilidades para hacer sus ancestrales prácticas agrícolas, de pesca y cacería.

Guaviare: la capital del departamento ha sido receptora de individuos de diferentes pueblos indígenas propios de su biodiverso territorio, de manera especial los Nukak Makú, quienes deambulan por las calles de la ciudad en precarias condiciones sociales.

Meta: la margen izquierda del limítrofe río Guaviare, municipios de Mapiripán y Puerto Concordia, es el hábitat natural de la gente Jiwi la que ha soportado desplazamientos de sus históricos territorios y por ende sometida a múltiples inconvenientes socio económicos y culturales.

En la extensa municipalidad de Puerto Gaitán, la de mayor población indígena en el Meta, también hay que poner la atención sobre la infancia.

Vichada: Puerto Carreño es el escenario de unos grupos familiares aborígenes, quienes en la ciudad viven bajo difíciles condiciones de subsistencia.

Los ejemplos citados, dejan ver que el desplazamiento voluntario o forzado puede ser unas de las variables que causan las mayores dificultades de vida a diversos pueblos indígenas orinoquenses, y que indudablemente esos padecimientos/efectos caen de manera implacable sobre la población infantil.

De ahí que para salir de dudas y para dejar de mirar solo a la Guajira, es conveniente saber de las entidades de Salud y del ICBF orinoquenses los recientes indicadores de Nutrición y Desnutrición de nuestra niñez aborigen.

*Comunicador Social comunitario