Por Nohora Tovar Rey*
Se cumplirá un año de aquella memorable marcha del 2 de abril de 2016 a la que los colombianos asistieron de manera espontánea a pesar de los ataques del Gobierno y sus aliados en los medios de comunicación. Hoy, en 2017, la historia no es muy distinta, solo que las razones para salir a la calle han aumentado.
La razón no es una sola, son muchas y muy variadas: Un país entregado a la guerrilla, un congreso que se mueve en función de aprobar como simple notario todo lo que propone las Farc y el Gobierno, un insultante desconocimiento de la voluntad del pueblo en el plebiscito; Corrupción elevada a niveles descomunales y de la que siempre hemos tenido certeza y más aún, la hemos venido denunciando durante todo el Gobierno Santos, hasta hoy, las alarmas nacionales se encendieron, aunque permanece el ánimo de algunos en mantener oculta esa situación.
No me alcanza este escrito para enunciar la lista que no se acaba: Colombia, nuevamente país de mayores cultivos ilícitos en el mundo por la clara responsabilidad del Gobierno en eliminar la fumigación, en acabar la erradicación, y por querernos hacer creer que el mayor cartel de drogas en el mundo, será el mismo que acabe con los cultivos. ¡Absurdo!
Nos vamos a la calle, a marchar se dijo porque este desgobierno permitió que, usaran a los menores como un trofeo político, nunca pusieron la condición que debió ser principal e inamovible que para negociar, se dijera cuantos menores tenían en su poder y se hiciera la entrega inmediata, hoy el país no sabe cuántos de ellos siguen en poder de las Farc, haciendo así que un delito de tracto sucesivo como es el reclutamiento, se siga configurando mientras los cabecillas de Farc se pasean en aviones por todo el país, entrando a cuanto foro universitario encuentren sin ser investigados ni juzgados por el gracioso tribunal que ellos mismos diseñaron para auto personarse.
¡Colombia, a marchar se dijo! porque en nuestras manos está enfrentar a este desgobierno sinvergüenza que se calla mientras nos matan a nuestros policías y militares, que se enmudece cuando explotan los oleoductos, que se silencia cuando atentan contra la vida de los miembros de oposición y que solo reacciona a los pedidos de los violentos disfrazados de políticos.
Mi pedido lo hago en calidad de colombiana que le duele lo que está pasando, que como muchos de ustedes se pondrá la camiseta de Colombia para salir a gritar con toda la fuerza ¡No más Santos, no más desgobierno! Vamos a llenar las calles de Colombia y le mostraremos al país una vez más, como ya se hizo el 2 de abril y el 2 de octubre, que Colombia no se calla. ¡Colombia, a marchar se dijo!
*Senadora de la República.
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