Por Oscar Medina Gómez*
En Casanare también pasan cosas buenas. A diario. Sólo que las manchas y la suciedad abundan, opacando lo positivo que le ocurre a la sociedad.
Los diarios hechos de corrupción de nuestros mandatarios -que se apropian de los recursos públicos convencidos de que tienen derecho a hacerlo- la criminalidad y el bandidaje, la inseguridad ciudadana en las calles, sitios de trabajo y lugares de residencia, la falta de autoridad y capacidad gerencial de los alcaldes, el desorden administrativo, el nepotismo familiar y la contratación amañada con un círculo de amigotes, la repartija de negocios con los concejales y los diputados, la deficiencia en la prestación de los servicios públicos básicos, la gente que se muere en los centros médicos y hospitalarios por falta de atención oportuna y eficaz, las obras inconclusas producto de la corruptela generalizada, los maltratos y violencia intrafamiliar, el incremento de los suicidios, el desbocado aumento de la prostitución infantil, las violaciones de niños, la invasión enfermiza de venecos malandros, la accidentalidad vehicular que causa decenas de muertes y lisiados de por vida… y un largo historial de lunares negros, opacan los aciertos. Hacen palidecer los logros que funcionarios y servidores del Estado alcanzan para bien de todos.
Las autoridades del sector de la salud del departamento -con el gobernador Alirio Barrera a la cabeza- presenciaron hace algunos días la inauguración oficial en la Comuna 5 de las instalaciones del Hospital Local de Yopal (también llamado Hospital Materno Infantil o ESE Salud Yopal).
Un centro hospitalario de primer nivel que atenderá las imparables y crecientes necesidades de baja complejidad que cada hora requiere la ciudadanía. Para lograr ese objetivo, además de disponer de un humanizado grupo interdisciplinario de médicos, enfermeras, ingenieros biomédicos, técnicos y personal administrativo, cuenta con amplias y cómodas instalaciones físicas, dotadas con moderno mobiliario y equipos biomédicos, 53 camas -para urgencias, obstetricia y hospitalización-, servicio de TAB (transporte Asistencial Básico), laboratorio, rayos X, entre otras características.
Es de suponer que el próximo 1 de octubre cuando el Hospital entre en operación al cien por ciento con los servicios habilitados ya por la Secretaria de Salud Departamental, la congestión y sobre-demanda que actualmente registra el HORO –Hospital Regional de la Orinoquia- tiene que reducirse al mínimo. Entonces, la excusa de que “no hay cama pa’ tanta gente” no tendrá razón de ser. Por ejemplo, el 100% de los partos, el 64% de las urgencias y el 38% de la estancia hospitalaria del primer nivel las atenderá el Hospital Local de Yopal.
Pero para que se garantiza la salud financiera y sostenibilidad económica de este Hospital se necesita que no sólo EPS’s como Capresoca, Sanitas, Coomeva, Medisalud, Medimas, etc., le contraten la atención de sus afiliados -tanto los del régimen contributivo como los subsidiados-. Es clave que dichas organizaciones le paguen oportunamente. También que el alcalde verde Leonardo Puentes asuma un mayor compromiso y deje tanta politiquería. Que empiece a gobernar. Y que, desde luego, en un mercado tan competitivo y azaroso, el Hospital preste los servicios de atención en salud con los más altos estándares de calidad.
Con errores y aciertos la puesta a punto del Hospital Local de Yopal necesitó de 14 largos años de traumática espera. Que en cualquier país serio y con gobernantes honestos, no hubiera pasado de 2 años. Aquí vimos desfilar gobernadores y alcaldes de todo tipo. Unos muy corruptos. Otros más poquito. Eso sí, hay que decirlo, cada uno aportó su voluntad y dio luz verde a recursos económicos públicos para terminar la obra. Que en cifras redondas –con mordidas incluidas- costó 25 mil millones de pesos.
Sin embargo, siempre hay una gran mosca en la leche. Cómo no recordar aquí que la ESE Salud Yopal estuvo “gerenciada” por un bandidazo llamado Antonio Palacios Salamanca –impuesto a dedo por la también bandidaza e “iluminada” alcaldesa encargada Luz Marina Cardozo. Fueron dos meses larguitos –entre mediados de noviembre de 2016 y finales de enero de 2017- suficientes para que estos pillos la dejaran en quiebra. Al punto de que el Ministerio de Salud y Protección Social la rotulara, por resolución nacional, como de “Alto riesgo financiero” y apunto de intervenirla.
Luego de una feroz batalla legal que finamente demostró que por meritocracia y por concurso público era él quien debía estar capitaneando el barco -y no el torcido Salamanca- se necesitó que a la ESE Salud Yopal llegará a gerenciarla el médico Edwin Jesús Barrera, para empezar a ponerle orden a la casa.
El paso del tiempo está demostrando que la pelea valió la pena. Con Edwin Barrera al frente, la ESE Salud Yopal –hoy Hospital Local de Yopal- ha recuperado el propósito para la cual fue creada en 2004: servirle a la comunidad más necesitada. Ahora es una institución robusta, seria, con gran imagen y aceptación pública.
Pero para que la tarea siga con buena letra, nada o poco logra un eficiente gerente si se lo deja sólo. O al vaivén de intereses politiqueros y burocráticos. Para que el Hospital perdure en el tiempo, es necesario la suma de voluntades políticas y gubernativas de todos los que tienen que ver con el sector de la salud. Y que la gente, los usuarios, también lo cuiden y no lo dejen morir. Digo yo.
*Periodista
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