Por Oscar Medina Gómez *
La humillación que está padeciendo el villanuevero Ever Antonio Vallejo León –deportista casanareño de notable rendimiento en la disciplina de artes marciales llamada Jiu-Jitsu, ya la han sufrido otros talentos deportivos del departamento. Que vieron frustrados tempranamente sus sueños por culpa de la mezquindad, el desprecio por la lucha y ganas de superación, la falta de amor por su tierra y la miopía de nuestros gobernantes. Lo mismo que de los personajillos que han desfilado por los organismos encargados de apoyar, fortalecer y engrandecer el deporte desde los organismos creados por ley para eso. En este caso el INDERCAS.
Eulis Ivonne Patarroyo Molano –una hermosa atleta negra- también fue humillada por la desidia, la negligencia, el descaro, el abandono, la avaricia y la falta de apoyo gubernamental. Razones fundamentales que le impidieron continuar con su exitosa carrera deportiva en el atletismo de alta competencia, que –a nadie le quepa duda- la hubieran ubicado -a ella y a Casanare- en los más altos sitiales del deporte mundial. Como en ese entonces ya se estaba viendo.
Esas razones que humillaron a Ivonne, son enfermedades del alma paridas todas por un monstruo de mil cabezas llamado corrupción. La religión que aún siguen profesando muchos de quienes tienen en sus manos el manejo de los recursos públicos.
En su breve carrera atlética -por allá en los años 97, 98, 99 y 2000- Ivonne Patarroyo, pese a la ruindad de los gobernantes de entonces, obtuvo triunfos como ser campeona nacional juvenil de salto alto, en Medellín; dos victorias en el Gran Prix de atletismo, en las paradas de Cali y Medellín; campeona del Festival Internacional de Atletismo también en Medellín; campeona suramericana de la Selección Nacional de Atletismo. Y otros. A ella, remarco, le tocó parar de facto su carrera. No fueron suficientes sus méritos como deportista élite, para que de los recursos públicos de Casanare se destinara lo suficiente para seguirla apoyando.
Y eso que por entonces la región empezaba, literalmente, a nadar en billetes. Esos miles de millones de dólares que llegaron a Casanare derivados de las regalías petroleras. Y que, sistemáticamente, los alcaldes y gobernadores se han robado descaradamente. Quedando hoy apenas una que otra obra e infraestructura para beneficio y mejora de la calidad de vida de la gente. Obras que jamás equivaldrán a las toneladas de dinero que recibió el departamento en la bonanza petrolera. Billete que nunca más volverá.
Con Ever Antonio Vallejo León la historia se repite. De acuerdo con la información recibida, recientemente el deportista obtuvo un subcampeonato nacional en Bogotá, clasificatorio a los Juegos Panamericanos que se realizarán en Lima, Perú, entre el 26 de julio y el 11 de agosto de 2019. Y debe estar en un torneo nacional en Cartagena el próximo 28 de agosto, representando a Casanare. Pero no tiene dinero para ir. Sólo tiene las ganas.
Este valioso deportista casanareño está literalmente mendigando, arrastrándose como un gusano, humillándose y suplicando de puerta en puerta por las entidades del gobierno, para que le boten unos pesos que le ayuden con los pasajes, el hotel y algo de comida. A él y a su padre, quien ha sido su mentor y entrenador.
Los genios de la alcaldía de Villanueva –con su alcaldesa Ruth Yaneth Bohórquez a la cabeza- le han exigido que tiene que pertenecer a una liga. Y luego, si es que tienen tiempo, ahí sí podrían mirar, “estudiar” el caso y posiblemente decidir si le dan o no unos pesos. Pero como en Casanare no existe oficialmente la liga de Jiu-Jitsu, pues desde ya sabemos lo que va a pasar. Mejor dicho, le van a decir que eso es un impedimento para desembolsar cualquier monto de dineros públicos.
Bueno: y así hubiera una liga, tampoco sería prenda de garantía para la ayuda. Los dirigentes deportivos de las ligas que actualmente existen, también se la pasan arrodillados al INDERCAS, en busca de su apoyo. ¡Que es su deber y obligación como administrador de dineros públicos! Las ligas están sometidas a la tiranía de una entidad inoperante, carente de real compromiso deportivo y descaradamente burocratizada. Allí está apoltronado un dudoso y oscuro sujeto de cuatro en conducta llamado Santiago Marín Gómez.
Es aberrante, da mucha rabia que los todopoderosos funcionarios del deporte en Casanare jueguen así con los sueños de los talentos deportivos de la región. Mientras nuestros jóvenes deportistas no tienen ni para unas zapatillas o un uniforme barato, ellos, los funcionarios deportivos, andan montados en zapatos Prada, Gucci o Valentino, conduciendo con gafas de sol Rayban, Mikita o Dior lujosas camionetas blindadas, vistiendo trajes Hermés, Channel o Giorgio Armani y devorando suculentas comidas en los mejores restaurantes del departamento y del país.
No estoy especulando una sílaba. El INDERCAS, toda la opinión publica lo sabe, históricamente ha sido un foco de corrupción. Allí todo apesta. Empezando por su director. Digo yo.
*Periodista
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