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DE FRENTE - ¡Tiene que renunciar!

DE FRENTE - ¡Tiene que renunciar!
Por: Oscar Medina Gómez **

“Confiemos en la madre naturaleza y en Dios…” o algo así balbuceó cínicamente en vivo y en directo, ante las cámaras de televisión local, Fernando Fonseca, gerente de la grandilocuente e inoperante -como él- Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Yopal, EAAAY, el pasado sábado 14 de marzo, durante el balance de gestión de los primeros 100 días del alcalde Willman Celemín.

Eso lo dijo presuroso refiriéndose a las soluciones para devolverle temporalmente a la ciudad el agua, así sea sucia, que no tenemos desde hace un año. Fernandito leía dizque su balance gerencial. Así, en diminutivo -lo mismo que sus diminutas ejecutorias- lo bauticé en una columna de enero de este año. Es un homenaje a su jefa Lilian Fernanda Salcedo, la faraona ex-alcaldesa.

En su momento ella -la misma que a propósito de la crisis el Presidente Santos rotuló en Yopal como “modelo de eficiencia administrativa”- le mintió descaradamente a los yopaleños. Nunca -en los últimos 8 meses que permaneció como alcaldesa- hizo algo serio para aliviar el drama de sus gobernados. Ni estudios, factibilidad, pre-diseños, diseños, análisis, reuniones de “alto nivel” para empezar a solucionar la emergencia. Esta queja la ha repetido hasta la saciedad en la radio y diversos escenarios públicos el alcalde Celemín. No hizo nada muy a pesar de los cerca de 50 mil millones de pesos que por regalías le giró a Yopal la ANH entre junio y diciembre de 2011. La faraona mintió.

Lo más indignante es que Fernandito se prestó para este embuste. El también era el gerente de la EAAAY. Y lo sigue siendo. Recordemos que el alcalde lo ratificó en su cargo. Muy en contra del sentir popular, le dio un espaldarazo a la desvergüenza, mentiras, mediocridad y carencia absoluta de capacidades gerenciales y administrativas de un sujeto, que no tiene remota idea de cómo afrontar con éxito eventos de extrema urgencia y crisis social, como los que padece la ciudad por cuenta de la falta de agua potable. Alcalde ¿por qué no le ha pedido la renuncia a Fernandito? Esa pregunta no es solo mía. Ronda por la cabeza de miles de ciudadanos.

Desde el 29 de mayo del año pasado los yopaleños-cerca de 150 mil personas- no solo no tenemos agua potable. Muchas veces ni siquiera el barroso e infectado líquido que de vez en cuando sale por las llaves. Líquido podrido que viene causando enfermedades en la piel a niños, jóvenes y adultos. Simplemente porque la EAAAY-alegando que estamos en invierno- somete a una tortura inhumana y permanente a la gente con cortes inesperados. En decenas de barrios no hay agua sucia ni para lavar los atestados sanitarios. Mucho menos para preparar los alimentos. Las familias que pueden se ven obligadas a comprar bolsas de 5 litros y pimpinas de 30 para poder comer.

Esto es un gasto extra que todos los días va sumando dinero. Dinero que el Estado -representado en el gobierno municipal- no reconoce. A cambio, mensualmente desde su mullido sillón de la EAAAY, cumplidamente Fernandito le hace llegar a 25 mil familias los recibos del consumo de agua. Con elevadas tarifas que no tienen justificación porque si desde hace un año no tenemos servicio permanente de agua potable, entonces ¿de dónde surgen los consumos?

Además de la permanencia del inepto Fernandito como gerente de la EAAAY es inconcebible, descaradamente desconcertante y humillante para la ciudadanía, que luego de un año del derrumbe que destruyó la planta de tratamiento de agua, las cosas sigan igual. No. Que digo. ¡Peor!: en la alcaldía nadie da razón sobre los más de dos mil millones de pesos que le giró la aseguradora a la anterior administración que manejaba la faraona, por el daño de la planta. Se desparramaron como agua sucia entre los dedos.

Y ante tamaña crisis sanitaria los veedores ciudadanos de servicios públicos, los presidentes de las JAC, los concejales, los diputados, el personero, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio, y un sinfín de “personajotes” guardan un dañino silencio. Para ellos es normal y aceptable que Yopal, un municipio de categoría 2, no tenga agua potable.

Alcalde: usted lo sabe. La solución no es llevar desordenadamente agua contaminada a las casas en carro-tanques. Ni meterse en la vacaloca de perforar cinco o más pozos profundos, a un costo económico superior a los 20 mil millones de pesos. La solución es empezar en serio a construir una nueva y moderna planta de tratamiento de agua potable para los yopaleños, en un lugar seguro. No en la pata de una montaña inestable, como el cerro Buenavista donde estaba la planta que se acabó. Asunto sobre el que podría caber responsabilidad administrativa a los sucesivos alcaldes, que sabiendo lo que podía ocurrir no hicieron nada para evitarlo. Lo mismo que la Corporinoquia que por entonces mandaba el sociólogo Héctor Orlando Piragauta Rodríguez.

Alcalde Celemín: tome decisiones radicales. La primera es pedir la renuncia del inepto y negligente Fernandito. La segunda, bajo su directa supervisión y de la mano de un gerente eficiente, empezar a construir la planta. Lo social fue su bandera de campaña. Y que más social que el agua potable -un derecho fundamental-para vivir. No espere a que la paciencia de la gente se colme. Se canse de que se le pisotee y un día de estos le hagan un plantón multitudinario en la EAAY o en la misma alcaldía, quemando y rompiendo los recibos de pago del acueducto. Digo yo.

**Periodista - Columnista www.prensalibrecasanare.com y El Nuevo Oriente - Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública. Pontificia Universidad Javeriana


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