Por: Oscar Medina Gómez
Se la ve siempre lista para la foto. De eso sí sabe. Se acomoda bien –siempre lo ha hecho-, de tal forma que salga sonriente, eufórica y en actitud de laboriosa en las primeras páginas de la prensa local. Local. Claro. Porque en los medios nacionales ha salido varias veces pero señalada de estar presuntamente involucrada en graves irregularidades administrativas y falta de rectitud como alcaldesa en el manejo de los asuntos públicos. Tanto que hasta El Tiempo –el más influyente periódico del país- le dedicó una editorial por el caso de unos videos donde varios concejales la acusaban de corrupta.
Sí. Es ella. La misma que canta, baila y llora en público cuando las circunstancias lo exigen. Y posa como una de las más eficientes funcionarias municipales que haya tenido no solo Yopal sino el país. Eso fue lo que nos quiso hacer tragar entero el presidente Juan Manuel Santos Calderón cuando hace un par de semanas vino a decirle a los yopaleños que Lilian Fernanda Salcedo era una heroína moderna. Un modelo de gestión, por la forma como dizque afrontó la crisis sanitaria causada por la destrucción de la planta de tratamiento del acueducto de la ciudad, luego de que se le viniera encima una tajada del cerro Buena Vista.
Cosa que no es cierta. Como lo dije en otra columna, la alcaldesa –y sus predecesores alcaldes- también es culpable por no haber advertido a tiempo sobre una avalancha que se veía venir. Se hizo la de la vista ciega y oídos sordos. Jamás dijo que esa planta tocaba reubicarla, empezando a jalonar un proceso que sabemos largo y tedioso.
Revestida de suprema autoridad dictatorial, soberbia gubernamental y afán politiquero, más bien doña Lilian Fernanda es una Faraona, a quienes sus subalternos y vulgares súbditos terrenales no le pueden discutir un ápice de nada. Lo que su majestad diga se tiene que cumplir y punto. Así sea un exabrupto administrativo, una brutalidad o una torpeza.
En estos 42 largos meses que lleva mandando a su antojo en el Palacio de La Herradura, las cuentas hablan de cerca de 800 mil millones de pesos –incluidas transferencias de la gobernación, convenios con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado y SGP- que la faraona ha manejado a sus anchas. Recursos que no solo el concejal José Reinaldo Pérez Piragauta sino miles de yopaleños, cuestionamos y nos preguntamos dónde han ido a parar. Porque ¿dónde están las obras? Responda, por favor, señora faraona.
Presta siempre a sacar pecho con lo que no le pertenece, las muy pocas obras que hoy puede mostrar se han ejecutado con recursos provenientes o de la Gobernación de Casanare o del Gobierno Nacional. Botones de muestra son: el Jardín Social de la Comuna 5, en el Barrio Casimena. De los 2.280 millones que costó el gobierno Santos giro a través del ICBF 1.634; la gobernación puso 548 y la alcaldía aportó apenas 98 millones y el lote, al cual le cambiaron de destino porque estaba concebido como área para el disfrute del espacio público.
En la comuna 5 la faraona se ufana de haber construido un megacolegio. Lo cierto es que en un 96 por ciento los costos fueron asumidos por el Gobierno Nacional y la administración departamental. Pero ella ladra esa obra como parte de su herencia. Y sumados los costos del inútil parque extremo del 20 de julio -inconsulto y duramente criticado por la comunidad vecina de la zona- con el también inútil puente peatonal de la calle 30, esas dos “súper- obras” no llegan a los 3 mil millones de pesos.
Ahora, para distraer la atención pública y aparecer como luchadora de lo nuestro, nos quiere enredar con el cuentico de que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Yopal, será un modelo nacional a seguir -como ella- en la recolección de basuras. Y que la antigua Aseo Urbano de Yopal jamás sirvió para nada. Que siempre fue ineficiente y prestó un pésimo servicio. Alcaldesa: a usted se le olvida que la competencia siempre será bienvenida en todas las sociedades del mundo. Es sana y le permite a los usuarios decidir finalmente con cual operador se quedan. La competencia es con servicio oportuno, calidad y atención al usuario. No con burdas e insultantes cuñas radiales, que parecieran creadas por trasnochados contestatarios marxistas – leninistas de los años sesentas. ¡Juego limpio señora…juego limpio…!
Vaya uno a saber cuál es la bronca de la faraona con Aseo Urbano. Umm… Además, ¿usted no ha querido siempre concesionar los servicios de la terminal de transportes, el cementerio y el matadero municipal por varias décadas? Entonces, pregunto ¿a qué doble moral juega su señoría, cuando por delante dice que al pueblo lo que es del pueblo y por detrás busca pasarle las pocas empresas de ese pueblo a unas cuantos negociantes privados?
El espacio es corto en esta columna. Por eso, a volandas, tengo que registrar que la alcaldesa falló a sus gobernados en asuntos tan prioritarios como la vivienda de interés social, la generación de empleo y la seguridad ciudadana. Yopal es hoy un miedo de ciudad. Da terror andar por muchas de sus calles después de las 9 de la noche. En este primer semestre –lo dice la policía- los índices de criminalidad, robos y atracos se dispararon como nunca antes. Y ni hablar del caos vial y de movilidad.
La policía apenas se afana por inmovilizar motocicletas y sacarle la poca plata a los más pobres, a punta de comparendos. ¡Que desastre…que horror…que pena! La faraona se rajó. Digo yo.
Periodista – Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública
Pontificia Universidad Javeriana