Por Leonardo Puentes*
"Está de acuerdo, como habitante de los municipios de Yopal, Trinidad, San Luis de Palenque, Tauramena, Aguazul, etc. (Casanare) que se realicen en nuestra jurisdicción actividades de exploración, explotación, tratamiento, transformación, transporte, lavado de materiales, provenientes de las actividades de explotación petrolera a gran escala, almacenamiento y empleo de materiales nocivos para la salud y el medio ambiente y/o cualquier otra sustancia o material peligroso asociado a dichas actividades y que se utilicen las aguas superficiales y subterráneas de su municipio en dichos desarrollos o en cualquier otro de naturaleza similar que pueda afectar y/o limitar el abastecimiento de agua potable para el consumo humano, la vocación productiva tradicional y agrícola de su municipio?"
¿Alguna vez alguien le ha hecho pregunta similar en los últimos 25 años?, ¿Si se la hubieran hecho, cuál fue o sería su respuesta? Hermosa lección de dignidad, responsabilidad ambiental y civismo acaba de darnos un municipio con menos de 6 mil habitantes en el departamento del Tolima. Providencialmente bautizado hace 461 años con el nombre de Piedras, el pasado domingo 28 de julio, este municipio levantó su voz para responder con un NO contundente a la explotación de Oro en su territorio. Y se convirtió en una Piedra Preciosa mucho más preciada que todo el oro dispuesto a llevarse la Multinacional Anglogold Ashanti de “La Colosa”, uno de los yacimientos de oro más apetecidos por la locomotora minera.
¿Agua para las futuras generaciones de hombres, mujeres, jóvenes y campesinos de Piedras, para abastecer las cerca de 200 piscinas naturales que la naturaleza se “ensañó en formar a lo largo del Río Opia – “el mayor tesoro natural de Piedras”, de acuerdo a la página oficial de este municipio-, o para lavar el oro mezclado con Cianuro de la multinacional minera? ¿Agua para el Cusiana, el Cravo, el Pauto, el Tocaría, o para seguir bombeando el Oro Negro del cual próximamente no sabremos más, sino que pasa por un tubo que quedó enterrado a lo largo de nuestro territorio y se asoma cada cierta distancia para recordarnos que somos ricos, así la realidad casi en todos los casos se empeñe en demostrarnos lo contrario?
Ser reconocido como la “piedra en el zapato” no suele ser un halago para nadie, pero lo de Piedras es francamente reconfortante: Una “decisión obligatoria del pueblo”, que demuestra el valor de los mecanismos de participación consagrados en nuestra Constitución; en este caso, la Consulta Popular. Personalmente he sido tildado de ser la talanquera, el palo en la rueda de la actual administración de Yopal. Debo decir con orgullo y absoluta tranquilidad que mientras las cosas no vayan por buen camino seguiré cumpliendo la incómoda labor de tallar en los zapatos de esta administración.
ADENDA: Por estos días no se puede tallar en los zapatos del alcalde, que infortunadamente volvió a meter la pata, esta vez jugando futbol. Pronta recuperación alcalde, me gustaría también conocer su respuesta y de antemano invitarlo a los Cabildos que vienen.
*Concejal Yopal