Por Oscar Medina Gómez
Otra vez la Cámara de Comercio de Casanare está invitando a comerciantes y empresarios a viajar a China. Dice don Carlos Rojas, su Presidente Ejecutivo, dizque para “generar acercamientos comerciales y aumentar las opciones de aprendizaje y conocimiento del terreno para exportadores con poca experiencia, orientarlos en la búsqueda de aliados ideales y confiables y apoyarlos en el proceso de negociación”
Elogiable, meritorio, encomiable, plausible. Todos estos calificativos le quedan pequeños a tan positivos propósitos de la Cámara. Pero en el papel. Porque en la práctica los objetivos no pasan de ser rimbombantes, floridos, sonoros, pantalleros. Es decir, todo se queda en palabras que se las lleva el viento.
De esas “misiones comerciales” que promueve la Cámara -ya a China, USA, el medio oriente, Argentina- solo tengo el recuerdo de las fotos de los viajeros, sonrientes todos, en la Plaza Tian`anmen, en la Gran Muralla, ante los rascacielos Hong Kong y Shanghái o en la tranquilidad edénica de los paisajes en Güillín y Hangzhou. Con presidente ejecutivo a bordo, por su puesto. Bien puestos y bien majos turismiando.
Ojo: esos viajes se costean no solo con dineros de los empresarios y comerciantes sino de la comunidad en general Recordemos que las cámaras manipulan recursos públicos a través de convenios interadministrativos con entidades oficiales.
Lo que produce bronca es que además de disfrutar de turismo de lo rico, resultados concretos, visibles y que hayan generado beneficio en la región producto de los tures empresariales que promueve la Cámara de Comercio de Casanare por el mundo, no los conozco. La opinión pública tampoco.
Eso sí, sobre los grandes y preocupantes temas departamentales la Cámara siempre ha sido muda y tímida al extremo. No participa con energía. No sienta posturas categóricas y sin temor sobre asuntos de impacto social.
Temas clave como el deterioro vial por culpa de las petroleras y los arroceros, la creciente economía informal que invade andenes, separadores y calles, la inseguridad ciudadana en Yopal, los muy graves problemas de semaforización y cráteres en las vías que padecemos los habitantes de Yopal, la eterna vía del Cusiana que no se termina por construir, la olla podrida en el sistema de salud que sigue matando gente, la construcción de la variante terrestre de ingreso a la capital por La Guafilla, son mirados de reojo por esta entidad. Menos ha dicho algo serio sobre el declive imparable de las regalías petroleras y sus inminentes consecuencias en la economía departamental.
Lo que uno escucha y lee siempre son invitaciones a cursillos de capacitación, conferencias y llamados a los comerciantes para que renueven su matrícula mercantil y paguen otra serie de obligaciones. Dineros que, supone uno, deben revertirse en beneficios para los afiliados.
Presupuestalmente la Cámara de Comercio de Casanare no es nada despreciable. En promedio manipula anualmente entre 6 y 7 mil millones de pesos. Sin contar los convenios que suscribe con entidades oficiales y privadas. Como las petroleras, por citar un caso.
Ya quisieran Sácama, La Salina, Chámeza, Recetor, Trinidad, San Luis de Palenque, Sabanalarga y Nunchía, Pore tener ese plata. Es una pequeña alcaldía. Precisamente por eso -por ser una pequeña alcaldía- la Cámara de Comercio de Casanare es objeto de las ambiciones , los pecados y las bajas pasiones económicas que supone el poder que da estar allí. Tanto en la Junta como en la Presidencia. Uno de esos pecados es la corrupción. Qué bien se puede disfrazar de un millón de formas.
Que vaina: en todo el país las cámaras son organismos politizados. Presas de las ambiciones y peleas intestinales entre sus mandamases, por el manejo de la plata. O si no por qué los “honorables” Representantes se pelean e intrigan para que les nombren a sus lameculos, en las presidencias y juntas directivas de las cámaras?
Más diciente aun: que alguien tenga la dignidad y honestidad de contarle a los casanareños las verdaderas razones de las salidas obligadas por la puerta de atrás de Raúl Yeraldo Barón y Sergio Vidales. Aún tengo frescos esos bochornosos episodios, donde por las emisoras unos y otros se sacaron los trapitos al sol.
Señor presidente ejecutivo Carlos Rojas: déjese de tanta invitación a pasear por el mundo, foros, talleres, conversatorios, mesas redondas, capacitaciones y asuntos de esos. Métase más en los problemas apremiantes que tenemos. Haga sentir y respetar una entidad desprestigiada y vista como apenas un fortín politiquero. No nos venda tantos cuentos chinos. Digo yo.
Editorial Noticiero CASANARE AL DÍA 6 – 8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 MHZ.