Por Oscar Medina Gómez

Iniciaron las tradicionales fiestas de Yopal, evento que desde hace muchos años disfrutamos los habitantes permanentes y turistas de la ciudad.

Es elemental y válido que en fechas como estas miles de familias busquen pasar unas buenas horas y días de esparcimiento. Más que merecido en el último mes del año. Cuando ya el peso de largas jornadas físicas y mentales de trabajo se acumulan en cada uno de nosotros.

Pero que estas celebraciones no terminen convirtiéndose en un drama. En un infierno que nos puede seguir quemando por largo tiempo. Por lo tanto -aunque siempre se insiste en lo mismo- no sobra recordarle, decirle a la gente que bienvenidas las fiestas. Pero igualmente bienvenida la responsabilidad.

Si va a parrandear con su familia y amigos no se le ocurra llevar su vehículo automotor, bien el carro o la motocicleta. Es un millón de veces mejor tomar un taxi y ¡todos tranquilos! De paso contribuimos a dinamizar este sector del transporte público. Los taxistas también merecen su navidad. Ojo: la mezcla de cerveza, aguardiente, whisky o cualquier bebida embriagante con gasolina es la cuota inicial para morirse. Y no creo que alguien quiera morirse en plenas verbenas populares.

En los escenarios donde se realizan las festividades y demás programación, comportémonos como ciudadanos cívicos. Antes de pelear por una mejor ubicación, por una mesa o por el valor de una cerveza, reflexione. Piense un par de segundos que uno va es a divertirse sanamente y en paz. No a armar trifulcas con Raimundo y todo el mundo. Como cual troglodita presidente venezolano.

Acatemos las directrices de los organismos de socorro como la Defensa Civil y la Cruz Roja. Dejemos que estas entidades hagan su trabajo como debe ser. No están ahí de adorno. Al contrario. Son personas que viven en función del bienestar de los demás.

Lo mismo y muy clave con la PONAL que, de acuerdo con el alcalde Wilman Celemín, este año cuenta en Yopal con 400 hombres adicionales para reforzar la seguridad y tranquilidad ciudadana. La policía debe ser nuestra amiga. Esos hombres de verde son para que nos ayuden y para ayudarlos. Una buena llave con ellos es la mejor arma para combatir eficazmente a los bandidos que quieren hacer de las suyas contra la gente de bien. Por eso, si un policía nos dice que por ahí no es la entrada pues hagamos caso. Sin hacer malas caras ni protestar.

Aprovechemos al máximo estas festividades, que este año cuentan con un atractivo menú de actividades a desarrollar. La cultura de las tablas está presente con la muestra del Festival Internacional de Teatro. Cuatro 4 países (Argentina, Ecuador, Perú y Colombia) tienen un interesante repertorio de obras para gozar en familia.

Ejemplo “La soledad de las luciérnagas” escrita por Aristides Vargas, pero con apoyo colectivo de los integrantes del Grupo de Teatro Puentes, de Quito. Estos y más artistas estarán en muchos parques y plazoletas públicas de la ciudad. Hay títeres, cuentearía, dramas. En fin. A quienes nos gusta este arte, no dudemos en asistir.

Igualmente las fiestas de Yopal tienen desde hace años su joropera. Decenas de jóvenes danzarines deleitándonos con la máxima expresión del folclor sabanero. Y también hay exposiciones fotográficas, con imágenes olvidadas de pronto por los ojos pero no por el alma. Y, claro, este año tenemos Cimarrón de Cimarrones, a propósito de los 25 años del evento más importante de la canta criolla del folclor colombo-venezolano.

Desde esta trinchera de opinión, vuelvo y les digo: vayamos a fiestas. Pero con respeto. Con responsabilidad. Con querencia de verdadera por nuestro terruño. Digo yo.

Editorial Noticiero CASANARE AL DÍA 6 -8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM