La conclusión es contundente. Las raíces y tubérculos propios de los andes colombianos que siempre han sido consideradas de poco o ningún valor, son verdaderos tesoros porque poseen una alta cantidad de almidón común que puede transformarse en almidón resistente.
“Se trata de una fracción del almidón dietario que se escapa de la digestión en el intestino delgado y es procesado en el intestino grueso generando por fermentación bacteriana ácidos grasos de cadena corta que combaten la diarrea, la inflamación intestinal y el crecimiento de células tumorales. De hecho, su nombre obedece a que tiene la capacidad de soportar el ataque de las enzimas digestivas y entre otras de sus propiedades están: fortalecer el sistema inmunológico, reducir el índice glicémico en las personas con diabetes, disminuir la grasa corporal y prevenir el cáncer de colón”, explicó Elsa Fonseca Santanilla directora de la investigación y directora del Laboratorio Instrumental de Alta Complejidad (LIAC) de la Universidad de La Salle.
Así que palabras más, palabras menos, contrario a lo que se cree las raíces y tubérculos andinos tienen muchas propiedades nutricionales y medicinales que eran conocidas por nuestros ancestros indígenas y campesinos, pero que hoy son desconocidas e ignoradas en las grandes ciudades.
Los tubérculos andinos estudiados son los que dan vida al famoso cocido boyacense y a diversos platos de la gastronomía nariñense: ibia, ruba, cubio, yuca, y ñame. Fonseca, también estudió algunas raíces tuberosas. Estas son, achira, arracacha, batata, yacón y maca. Muchos pueden parecer desconocidos y lejanos, pero son autóctonos de la zona andina del país.
Luego de 10 años dedicada a investigar la composición y las propiedades medicinales e industriales de los tubérculos y las raíces tuberosas andinas, la científica tiene absoluta claridad en que estos productos son una gran alternativa de sustentabilidad rural.
De hecho, estos tubérculos y raíces andinas sometidas a algunos procesos industriales se pueden usar para hacer panes, concentrados para animales y otros alimentos de gran valor nutricional. De igual forma poseen sustancias útiles en la fabricación de productos de belleza como mascarillas y maquillaje.
Fonseca, revelará más de los resultados de su investigación durante el III Encuentro de Agrociencias, cuyo tema central será el cambio climático y sostenibilidad agraria, y está planeado para este 22 de julio a las 11 a.m. en Agroexpo en Corferias.
7 razones por las cuales las raíces y los tubérculos andinos tienen gran potencial económicoEl cultivo de tubérculos y raíces tuberosas andinas subvaloradas es una alternativa de sustentabilidad para las unidades agrícolas familiares de municipios de Cundinamarca, Boyacá y Nariño donde se producen, por 3 razones.
Tienen alta resiliencia (capacidad de adaptación) frente al cambio climático.
Amplio universo de variables de aprovechamiento y transformación de sus componentes.
Grandes aplicaciones nutricionales y medicinales que puede ser la base de emprendimientos rurales sostenibles en el tiempo para los pequeños productores de la región andina colombiana.
Crecen con facilidad.
Son cultivos más resistentes que otros productos.
Son autóctonos de la región.
No necesitan grandes dosis de fungicidas.
¿Cómo fue realizado el estudio?“Todo comenzó en 2007 estudiando el ñame y la batata. Empecé con el firme propósito de contribuir al desarrollo rural, sustentable y sostenible de Colombia. Hay que tener presente que el 70% de los agricultores del país son mini y microfundistas (tienen pequeñas extensiones de tierra), la mayoría de ellos se concentran en los Andes colombianos donde un 23% del área rural es cultivada actualmente con tubérculos y raíces tuberosas, que en general son considerados de poco valor. Así que me decidí a determinar las propiedades nutricionales y etnobotánicas de esos alimentos, para aprovechar su potencial, no en su estado natural, sino dándoles valor agregado al transformarlos en productos que podrían generar importantes dividendos para el país”, narra Fonseca.
Fonseca estudió las raíces y tubérculos andinos en el Laboratorio de Alta Complejidad (LIAC) de la Universidad de La Salle, empezó conociendo sus componentes nutricionales y posteriormente investigó los procesos de obtención de almidón y almidón resistente. Simultáneamente trabajó en conjunto con algunas unidades agrícolas familiares que producen estos alimentos en los municipios de Pasca, Cundinamarca y Ventaquemada, Boyacá. De manera que ha sido una investigación con vinculación de la comunidad rural.