Un llamado a las Oficinas de Gestión Social y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar lanzaron ciudadanos que a diario observan a las mujeres indígenas asentadas en el parque de El Resurgimiento de Yopal con bebés, de escasos días de nacidos, pasando penurias.
La más reciente denuncia hecha por la comunidad, hace referencia a una madre indígena que en aparente estado de embriaguez, intentaba sostener a un recién nacido en su regazo, mientras permanecía sentada en un andén, al lado de un hombre quien también estaba en estado de alicoramiento.
Según los residentes del parque de El Resurgimiento, es dramática la condición en qué permanecen los menores, los niños duermen en los andenes, deambulan todo el día en búsqueda de alimentos y de dinero, que al parecer finalmente es utilizado por los adultos para la ingesta de alcohol y otras sustancias, están prácticamente abandonados a su suerte y ante la mirada indolente de la Administración Municipal ubicada a pocos metros de la comunidad indígena.
La zona donde permanecen los menores, está aledaña al corredor utilizado por consumidores y expendedores de estupefacientes, extranjeros, prostitutas, habitantes de calle, entre otros, pues Caño Seco se convirtió en casa, guarida, oficina y sanitario de estas personas.
En ese mismo sector, en menos de un mes se han registrado dos muertes violentas que se suman a la ola de inseguridad de la ciudad.