900 familias del piedemonte llanero sufrieron el conflicto armado entre la guerrilla de las FARC y los paramilitares en hechos ocurridos entre 1986 y el 2016 según el informe presentado ayer por la Asociación de víctimas Codebac, a la Jurisdicción Especial para la Paz.
El vocero de la Asociación, Benjamín Bulla, presentó el informe denominado “Una guerra que no era nuestra, pero las víctimas sí”, en donde relata la victimización de la que fueron protagonistas los campesinos durante casi 20 años, tales como desplazamiento forzado, asesinatos, desapariciones, violaciones sexuales de hijos y esposas, reclutamiento de jóvenes, entre otros.
Bulla dijo que tratan de visibilizar lo que pasó y reclaman la verdad sobre lo ocurrido con muchos de los familiares que siguen desaparecidos.
Señaló que han tenido que buscar a los victimarios para conocer la verdad y dar alguna razón sobre los desaparecidos.
Agregó que las sábanas de Casanare están llenas de jóvenes muertos donde se estima que más de 2.500 personas menores de 16 años fueron enterradas, eran provenientes de otras regiones del país que las traían como carne de cañón a los enfrentamientos, dijo Bulla.
Afirmó que en esta zona se ha minimizado el conflicto y a la dirigencia no le importa lo sucedido mientras que las familias insisten en conocer la verdad que buscan las víctimas.