Por Oscar Medina Gómez

“Una bendición para Yopal. Yopal empresarial. Ciudad Región con Rio. Joven, Justa y todos Trabajando”. Entiendo que esa es la frase publicitaria con la que el alcalde John Jairo Torres Torres adorna su Plan de Desarrollo 2016-2019. Entre otras cosas, adoptado por decreto. Aunque legalmente lo puede hacer, eso demuestra el nivel de bronca y desacuerdos que hay entre el mandatario y los encargados del control político y administrativo. Pésimo antecedente, si ponemos como premisa que, para un idóneo avance de cualquier región, es clave que exista armonía, entendimiento entre quien gobierna y quienes lo vigilan. Sin significar esto, claro, que todo sea complicidad y generosos fajos de billetes para los “honorables”.

Vuelvo con lo primero: el eslogan del alcalde de Yopal es una real y completa mentira. Si hacemos un apretado análisis de las frases y palabras que lo conforman, vamos a entenderlo sin discusión.

“Una bendición para Yopal”: la punta de lanza de la campaña política que lo volvió alcalde de Yopal fue su Ciudadela La Bendición. Proyecto habitacional que entregó lotes con servicios y facilidades de construcción a varios miles de familias, por módicas cuotas mensuales de 350 mil pesos a 15 años de plazo. Eso sí, con la condición de apoyarlo en sus pretensiones de ser alcalde. Y, en efecto, ganó con cerca de 25 mil votos.

Pero ese proyecto habitacional se ha convertido ahora para el alcalde en su más grande maldición. En su más tenebrosa pesadilla. En octubre del año pasado -cuando días antes de las elecciones lo capturaron por primera vez- de forma ingenua e imbécil aceptó ser un urbanizador ilegal. Sin querer queriendo, reconoció que esos terrenos no estaban incluidos dentro del Plan de Ordenamiento Territorial, ni tenía licencias ambientales, ni viales ni urbanísticas. De paso, la Fiscalía sostiene que mintió a los endeudados compradores, sobre el real origen de los terrenos donde hoy se levantan cerca de 4 mil viviendas.

Lo acusan de que sabía que eran predios en proceso de extinción de dominio, pertenecientes al narcotraficante Germán Sánchez Rey, alias “Coletas, pedido en extradición por España y con probadas relaciones de narcotráfico con Daniel “el loco” Barrera. Por eso también se lo investiga por enriquecimiento ilícito y por lavado de activos. Y por eso irá –por tercera vez- a la cárcel. Entonces, La Bendición es para Jota Jota una Maldición.

“Yopal empresarial”: Yopal -dada la aguda crisis derivada de los bajos precios del petróleo- registra el cierre de decenas de pequeñas y medianas empresas. Lo reconocen la Cámara de Comercio de Casanare y la Asociación de Empresarios y Comerciantes. En los últimos 2 años se han cancelado alrededor de 6.500 puestos de trabajo –no solo de la industria petrolera sino de sectores como el hotelero, los restaurantes, el transporte terrestre y aéreo, y el comercio en general. Además de que las ventas han disminuido dramáticamente, de 2013 a la fecha por lo menos se han cerrado 185 empresas. ¿Yopal empresarial?

“Ciudad Región con Rio”: tremendo embuste. A su paso por Yopal el río Cravo Sur es apenas un fantasma de lo que era hace apenas 25 años: un portentoso e imponente torrente de aguas cristalinas nacidas en el Páramo de Pisba, Boyacá. Con vergüenza hoy vemos como una tímida y sucia hilacha de agua baja triste desde las montañas que circundan El Morro, deslizándose con pereza por entre un cañón taponado con toda suerte de basuras y desechos. Causados por los mismos seres humanos. ¿Ciudad Región con río?

“Joven, Justa y todos Trabajando”: La juventud de Yopal es con seguridad en lo único que acierta el eslogan del alcalde John Jairo Torres Torres. Sí. De 1942 –cuando fue creado el municipio por la Asamblea Departamental de Boyacá- a 2016, han pasado solo 74 años. Y apenas 101 años desde 1915, cuando fue fundada por colonos santandereanos y boyacenses. No lo discuto.

En lo de “justa” se equivoca otra vez el alcalde. No puede ser justo que luego de 5 años de padecimientos y humillaciones, más de 150 mil personas sigamos sometidas a la vergüenza de no contar con agua potable. La politiquería y los intereses corruptos de empresarios, funcionarios públicos y gobernantes que han metido sus narices en la contratación de la nueva Planta de tratamiento, han impedido que la obra se construya a tiempo. Tampoco es justo que cada que cae un mediano o torrencial aguacero, las calles y avenidas colapsen, convirtiéndose en ríos urbanos. Y eso que le han “invertido” miles de millones a la canalización de las aguas lluvias. ¡Evidente corrupción!

No puede ser justo que los residentes tengamos que padecer centenares de huecos, pésimas señalizaciones viales, semáforos dañados, invasión de andenes por vehículos motorizados, basuras amontonadas por días en todas las esquinas y separadores viales, comercio informal caótico, una planta de sacrificio de vacunos y porcinos a punto de colapsar, un relleno sanitario en emergencia por saturación, una terminal de transportes terrestres que produce nauseas, una ciudad a merced de los bandidos, donde los ciudadanos somos presa fácil de delincuentes armados que nos roban y atracan sin compasión. No puede ser justo que tengamos escuelas y colegios públicos donde no funcionan los baños, las goteras e inundaciones son pan diario y ahora ni siquiera hay un refrigerio para los estudiantes.

No puede ser justo, señor alcalde, que la inestabilidad gubernativa y administrativa de la ciudad siga siendo lo que nos destaca en los medios de comunicación. Aunque usted recibió una ciudad políticamente anarquizada –Wilman Celemín destituido por no dar “pie con bola” en la solución de la Planta de tratamiento de agua y su sucesor Jorge García un campeón de la politiquería y los negocios de dudosa reputación-, no es menos cierto que por culpa de sus movidas empresariales y maniobras políticas, usted tiene ahora un pie en el infierno y el otro en el cielo. ¿Eso es justo con Yopal y sus habitantes? Obviamente no. Eso retrasa mucho más el progreso. Hace daño al crecimiento social y económico de todos.

Lo de “Todos Trabajando” ya lo ilustré en el trozo que le dedico a “Yopal Empresarial”. Para repasar, remitirse allí, por favor.

En fin, señor alcalde John Jairo Torres Torres. Su alcalde encargado Carlos Cárdenas Ortiz echará discursos emotivos, entregará medallas y placas de latón en “reconocimiento a personajes ilustres y forjadores de la ciudad”. Habrá pólvora, fuegos artificiales, alborada con retreta y papayera, desfile de comparsas, almuerzos encopetados, brindis con champaña colombiana, fotos, aplausos… y mucho más circo.

Pero su eslogan le miente a los yopaleños. A Casanare. Al país. Al mundo. Digo yo.

*Periodista