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De Frente - Candidatos perdedores

De Frente - Candidatos perdedores
Por Oscar Medina Gómez

La salida de John Jairo Torres Torres como alcalde de Yopal es cuestión de días. Luego de patalear y colgarse de cuanto recurso le brindó nuestro elástico y mañoso aparato jurídico, al fin se va. Obvio: por la puerta de atrás. Como corresponde a los de su ralea. Logró mantenerse en el cargo más de la cuenta (casi 2 años, de los que estuvo en la cárcel uno).

La Corte Suprema de Justicia –que destituyó y condenó a prisión a Torres por urbanizador ilegal en los terrenos conocidos como La Bendición- debe enviar el expediente al Tribunal Superior de Yopal, después de que la Procuraduría segunda delegada para la casación rechazó el recurso de insistencia que el ladino alcalde había interpuesto (el último que le quedaba). Será el Tribunal quien le comunique su dejación del cargo. Sin más dilaciones. No hay que olvidar que, aunque salió de la cárcel por vencimiento de términos, en su frente exhibió también el rótulo de un proceso por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

Esta desgraciada y asquerosa etapa de gobierno –protagonizada no sólo por alias “Johncalzones” sino por otros (as) que lo han precedido, como Luz Marina Cardozo alias “la pastora”- tiene a Yopal en una muy grave crisis económica, política, institucional y gubernativa. La corrupción ha reinado, “en nombre de dios”- Este les ha concedido a los bandoleros de lo público licencia divina y celestial para desvalijar las arcas, convirtiéndolos en multimillonarios en lo que tarda en rezarse un padrenuestro.

Los números, las cuentas, los hechos no mienten: el desempleo está en por lo menos el 12 %. Y sigue creciendo. La economía del rebusque hierve en todas las calles.

Del 2015 a lo que va del 2017 las ventas en el comercio, en todos los sectores, han caído a niveles del 55 por ciento. El cierre de todo tipo de negocios y locales se cuenta por docenas. Las pocas compañías petroleras que aún quedan (ya porque el negocio no es rentable o porque los negociantes disfrazados de “ambientalistas” las sacaron con el cuentico de “agua sí petróleo no”) no están explorando, operan a media marcha y siguen despidiendo trabajadores. Lo más tenaz es que, con todo y caída de precios, los hidrocarburos aun constituyen el motor de la débil economía capitalina y de Casanare.

Al tiempo, las cifras del municipio dan miedo. En los últimos 2 años, la inversión o gasto público es cero. No hay en marcha planes de vivienda, carreteras, acueductos, escuelas, colegios, hospitales, puentes, electrificaciones, gasificación y en general obras de infraestructura para emplear gente y crear empleos, así sea temporales.

De lo presupuestado, a junio 30 de 2017 los Ingresos Corrientes de Libre Destinación (ICLD, que son el 85% del total de la plata que le entra a la alcaldía) -donde se encuentran tributos como predial unificado, industria y comercio, sobretasa a la gasolina, avisos y tableros- están apenas en el 45%. ¡La gente no paga sus impuestos porque teme que se roben la plata!

Con acuerdo de pago al 2022, la deuda pública de la ciudad es $ 42.775 millones ($ 34.000 mil de capital y $ 8.775 de intereses). El año pasado se pagaron $ 5.166 millones de amortización y $ 2.653 millones de intereses. Este año hay que desembolsar a los bancos $ 5.681 y $ 2.637 respectivamente. ¡La capacidad de endeudamiento está copada!

El déficit fiscal (la diferencia negativa entre los ingresos y los egresos públicos) ronda por los 21 mil millones de pesos. Necesariamente, para cubrir ese hueco, hay que reducir la inversión pública y los gastos de funcionamiento, por ejemplo. Y apretar a una agónica ciudadanía con cuanta sanción se pueda y con el pago de los impuestos.

A grandes rasgos -más el monstruo de mil cabezas que es la inseguridad que azota a Yopal- de este tamaño y dificultad es con lo que se encontrará el alcalde que resulte electo. En noviembre próximo, para terminar el periodo inconcluso de Torres. Irá hasta el 31 de diciembre de 2019.

Esta vez hay un común denominador: todos son perdedores políticos. En sus intentos de ser alcalde de Yopal, Carlos Fredy Mejía, Arsenio Sandoval, Lucho García, Luis Eduardo Castro y Leonardo Puentes han sido derrotados en 2 oportunidades.

Arsenio, a excepción del manoseado tema del agua potable, no ha propuesto nada serio. No tiene preparación y conocimiento de lo público. Confía a ciegas en que ahora sí Álvaro Uribe lo hará alcalde. Cuando se enfrentó a John Jairo Torres pensaba igual. Y perdió…

Aunque tiene capacidad administrativa, Leonardo luce distante y encopetado ante la gente. No ha logrado conectarse, hacer click con el pueblo. Tiene que empezar por echarse menos perfume y oler más a sudor.

Luis Eduardo destila “suficiencia y sabiduría” por los poros. Se inventó y creyó el cuento de que es el único que salvará a Yopal del infierno. Endiosado, conflictivo, desleal y tirano, es un sujeto para olvidar.

Carlos Fredy puede ser la sorpresa. No obstante adolecer también de suficiente cercanía popular, se ha preparado para ser alcalde. Con su esposa Alejandra y su hija Salomé, es el único candidato que tiene un núcleo familiar consolidado. Asunto clave en estos tiempos de descomposición moral y social. El apoyo de Marco Tulio Ruiz sería vital para su triunfo.

Falta el candidato que ponga “Johncalzones”: ¿John Kennedy Wilchez, Carlos Cárdenas, Bradixon Calixto, Zoila Rosa Angulo? Cualquiera es para pasar la página. Serían una extensión, un apéndice de su patrón. Digo yo.

*Periodista



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