Por Oscar Medina Gómez*
“La honestidad es un don muy caro. No lo esperes de gente barata y miserable”. Esta es una de las decenas de frases célebres de Warren Buffett, economista, filántropo y notable inversionista financiero norteamericano, uno de las personas más adineradas del mundo según la Revista Forbes y uno de los hombres más influyentes del planeta de acuerdo con la Revista Time.
Tiene razón Buffett. La frase se ajusta milimétricamente a la visceral y asquerosa rebatiña por dinero y poder que encabeza el locuaz bufón alcalde titular de Yopal John Jairo Torres Torres, su manada de irracionales mendicantes seguidores del movimiento “La Bendición”, la solapada alcaldesa encargada Luz Marina Cardozo (Torres está encarcelado en La Picota acusado de lavado de activos y enriquecimiento ilícito), varios de sus cómplices secretarios (as) del despacho, los poco honorables concejales de Yopal, los depredadores contratistas, las corrompidas contraloría, fiscalía, procuraduría, personería y la voraz clase política, que como hiena (s) hambrienta (s) espera (s) paciente (s) el momento para caerle a la presa y devorar a dentelladas el cadáver. Bueno… Una sopa venenosa y pervertida, en la que estamos atrapados, tratando de nadar miles de ciudadanos de bien de la capital de Casanare.
“Si me toca renunciar para evitar que se roben el presupuesto y convocar nuevas elecciones, pues lo haré” es lo único medianamente sensato que le he escuchado parlotear a Torres antes y después de ser alcalde. Y digo medianamente sensato porque un nuevo alcalde (sa) no garantiza que los corruptos no sigan haciendo de las suyas. La corrupción es el mal mayor del país. Está enquistada en lo más profundo del alma nacional, con jueces, autoridades, gobernantes, políticos, contratistas y una imbécil y borrega multitud de votantes, contaminados todos al extremo. Con su voto siguen eligiendo a bandoleros disfrazados de pueblo, a cambio no solo de migajas sino del atraso de las regiones.
No me como el cuento de que el ventilador que prendió el alcalde hace unos días y las amenazas que lanzó por las emisoras de Yopal contra tirios y troyanos –en entrevistas radiales desde La Picota- sean para salvaguardar los recursos públicos del municipio de las garras de los bandidos. Un contrato de 12 mil millones de pesos para un alcantarillado en el Corregimiento de Morichal, es mucho billete como para que cualquier “almita de dios” se empute. Monte en cólera si lo dejan por fuera en la repartija del botín. Con sus desafiantes declaraciones, en alusión directa el alcalde acusó a la alcaldesa encargada (ahora su enemiga), a varios secretarios y a los concejales –e implícitamente a los contratistas- de tener listo el banquete. Estaba furioso. Como cuando a uno no le dan ponqué o le dan una tajadita. Un pedacito chiquito.
Desde la otra orilla la señora Luz Marina Cardozo encomienda su manipulación presupuestal al divino dios. “Gloria a dios, gloria a dios” pregona la incorrupta cristiana por los pasillos de la alcaldía y en las pocas apariciones públicas que hace. Arropada por ese dañino e hipócrita ropaje evangelizador, fue que se encomendó a su dios para que los diligentes concejales le aprobaran sin mayores reparos un multimillonario presupuesto de 230 mil millones de pesos para el año entrante. Aquí, patalea el encanado Torres, hubo un pago de favores: ella adjudica el contrato para direccionarlo a los concejales y estos le aprueban el presupuesto. Todos felices. Facilito. Gracias a dios.
La Cardozo -empuñando la espada medieval de la cristiandad- ha venido cortando las cabezas de sus enemigos impíos. Declaró insubsistentes a los secretarios de Obras Públicas Alex Torres, de Planeación Fabio Andrés Fajardo y a la Secretaria Ejecutiva Yully Andrea Pinzón, otrora caballeros cruzados defensores de la voz de dios encarnada en La Bendición. Por mandato divino ha venido “limpiando el camino” de aquellas almas infieles que le impiden seguir adelante con su labor salvadora de Yopal. Para esta santa tarea cuenta con el apostólico apoyo de Juan Carlos Suárez, Asesor Jurídico, y de Natalia Álvarez, la Secretaria de Hacienda. Ambos, claro, animados por el más profundo interés de servirle a la ciudad y sus ciudadanos.
Para defender su “honra y gloria”, los concejales disparan contra el alcalde encarcelado. Esto es “un contubernio delictivo entre algunos funcionarios de la Administración Municipal y el Concejo de Yopal, que expresan presuntos actos de corrupción orquestados con el fin de saquear los recursos públicos que son patrimonio de los yopaleños”. Así lo dijeron en un comunicado público Cesar Augusto Ortiz Zorro, Juan Vicente Nieves González, Heyder Alexander Silva García y Julián Fonseca Pérez, quienes se autodenominan “de las minorías”. Entiéndase: no están en la nómina del alcalde. Sin embargo, aprobaron el presupuesto para 2017.
Furiosos -como el alcalde Torres- vociferan un “categórico rechazo a los presuntos hechos de corrupción que comprometen a la alcaldesa de Yopal, Luz Marina Cardozo”. De paso, untan de corrupción, se llevándose por los cuernos al exsenador Carlos Cárdenas Ortiz, quien renunció a la Secretaría Privada, a Natalia Álvarez, actual Secretaria de Hacienda, al despedido Jefe de Planeación Fabio Fajardo, al Jurídico Juan Carlos Suarez –que con su carita de seminarista pareciera no matar una mosca- y a algunos colegas concejales. ¡No enloden nuestro buen nombre! Gritan los ofendidos concejales. Si de algo sirve para que hagan sus cuentas, cabe anotar que Jazmín Mariño, esposa de Carlos Cárdenas Ortiz, también renunció al cargo de Secretaria de Desarrollo.
En todo este circo y sainete de la corruptela hay otro evangelizador que primero, mediante la figura de la Moción de Censura, fue echado del cargo de Secretario General por los “honorables” concejales. Y luego fue restituido por el Juzgado Primero Penal de Yopal: Luis Carlos Aponte. “Mi regreso obedece a la justicia divina” dijo emocionado, ante la prensa. Iluminado por una aureola celestial sobre su cabeza. ¿Lo recuerdan? Exacto: el mismo a quien señalan decenas de familias casanareñas afectadas, de ser uno de los responsables del desvío de miles y miles de millones de pesos destinados a viviendas de interés social, durante el gobierno del corrupto Raúl Flórez.
No podía faltar los adoradores de John Jairo Torres, su “líder natural bendecido por dios”. Ellos están tallando al gobernador Alirio Barrera para que eche a la alcaldesa Cardozo y nombre otro alcalde en quien confiar. Dicen. Le están pasando factura de cobro al mandatario. Según las cuentas que hacen fueron sus miles de votos los que le dieron el triunfo a Barrera. Gobernador: no se deje presionar por esa caterva, por esa turba de montaraces. Decida usted y punto.
Así está el óleo que pinta a Yopal. Una ciudad descuadernada. Sin rumbo. Dirigida por hampones. Todos se la quieren seguir robando. Como el anterior. Y todos los alcaldes que han pasado por el cargo. Sólo que ahora se escudan en dios para hacerlo. Bueno. Siempre lo han hecho. Si dios lo ordena entonces ¡que siga el convite, la orgía de los que alaban al señor! Digo yo.
*Periodista